«Los argentinos tenemos gimnasia de atravesar crisis y sobrevivirlas. Quién sabe si renacer todo el tiempo no es nuestra característica principal». Quien ha dicho estas palabras es Ricardo Darín, muy bien rodeado de todo el equipo de ‘La odisea de los giles’ con su hijo Chino incluido. Una película sobre el ‘corralito’ de 2001 que suena a revancha social. Un film que parte de la tragedia y hace reír (mucho) como corresponde al carácter de quienes la cuentan.
‘La odisea de los giles’ forma parte de la Sección Oficial aunque fuera de concurso (lleva tiempo estrenada) y engancha al público desde el inicio. Es una adaptación de la novela ‘la noche de la usina’ de Eduardo Sacheri que Sebastian Borensztein ha adaptado para el cine.
«La Argentina del ‘corralito’ es la misma que la de hoy. Somos un pueblo con mucha esperanza. Vamos a salir una vez más adelante», ha dicho Darín, quien ha defendido que la figura del ‘chanta’ (insulto coloquial) no es un invento argentino, existe en todo el mundo («no nombraré países por prudencia») y que en cualquier lugar puede entenderse el intento de ajuste de cuentas del «ciudadano atropellado por las estructuras».
Sebastian Borensztein se ha declarado «enamorado» de todos los personajes y no es para menos. Muy bien dibujados, realistas y divertidos sin pretenderlo, el elenco de actores ha sacado el máximo jugo de los protagonistas de esta historia coral. «Con el elenco tuvimos mucha suerte», ha puntualizado Darín. «Prácticamente se sumaron todos aquellos en los que habíamos pensado».
Al respecto Luis Brandoni, un actor esencial en la cinematografía argentina, se ha referido a la relación personal con los Darín, que han figurado como actores pero también como productores. «Con el papá he tenido una relación laboral muy estrecha, de muchos años y a este chico lo conocía de pibito. Y se han comportado como los compañeros de trabajo que son. Fue algo muy dichoso y más cuando uno sabe que salió bien».
Al final se formó «un grupo de trabajo muy familiar», según ha definido Ricardo Darín. Algo que se transmite en la película.
«Con el ‘corralito’ se perdieron vidas y algunos se tuvieron que exiliar. No se trató sólo de algo sólo económico», ha querido puntualizar Brandoni, añadiendo a continuación: «Nos reímos y pasamos al llano. Eso nos pertenece culturalmente a los argentinos. Como artistas y como ciudadanos».
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