«Me dice su jefa que coja ahora mismo un taxi y se dirija a esta dirección. Yo la acompañare por teléfono todo el trayecto». Así se dirigieron a una joven empleada de un comercio donostiarra este pasado fin de semana tras llamarla por teléfono. ¿El contexto?, el intento de estafa del que alertó el pasado sábado la Ertzaintza y en que se han visto envueltos varios comerciantes de San Sebastián.
«Todo comenzó cuando me llamaron a la tienda. Un hombre se hizo pasar por director comercial de una marca con la que trabajamos», explicó la dependienta para DonostiTik.
El supuesto director de la marca habló con esta dependienta mientras en teoría lo hacía también con su jefa. Alegando que la tienda esperaba un pedido le dio a la joven el número de albarán y le dijo que el importe de este pedido era de 4.800 euros. A ratos el presunto estafador mantenía en espera a la dependienta, supuestamente porque a la vez hablaba con su jefa.
«En breve le llamará el repartidor de zona para quedar con usted y y que pueda efectuar el pago», le dijo el hombre a la joven. Añadiendo instrucciones claras: reunir todo el dinero que tenía en la tienda, fondo de caja, recaudaciones de días anteriores… «Me dijeron que si con el dinero que había en la tienda no era suficiente para hacer el pago tenía que sacar dinero de mi cuenta corriente y que en breve me lo devolverían», explicó la joven.
La joven tuvo que facilitar su teléfono móvil para poder hablar con el supuesto repartidor por la otra línea de teléfono. Mientras tanto la apremiaban para que se dirigiera a la dirección que le proporcionaron para hacer el ingreso del dinero y así evitar la multa a la empresa.
«Incluso me dijeron a nombre de quién tenía que ingresarlo, la verdad que todo lo tenían muy elaborado», explicó la dependienta para DonostiTik.
El supuesto director comercial, en un tono amistoso, le dijo a la dependienta que cogiese un taxi y cerrase el local, que él iba a mantenerse al teléfono en todo momento. Y que realizase esa operación para que el comercio no tuviera que hacer frente a una multa.
«En ese momento todo me pareció de película, le dije que iba a llamar a mi responsable pero me vi con los dos teléfonos ocupados y el chico que me retenía desesperado para que siguiese hablando con él», explicó la joven.
Manteniendo en espera la llamada, la dependienta pudo llamar al responsable del comercio que estaba sufriendo el fraude y éste le aseguró que no estaban pendientes de ningún pedido. «Entonces los estafadores me colgaron el teléfono. Se dieron cuenta que les había cazado».
Incrédula por lo que había sucedido, llamo a la Ertzaina para alertar sobre este intento de estafa. Según hizo público el cuerpo, el intento de estafa se repitió por lo menos cinco veces en distintos comercios y en dos con éxito.
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