Gustavo Cano, más conocido como Beltza, el propietario del restaurante Tedone de Gros, anunció el pasado mes de diciembre en su cuenta de Facebook que el local estaba en venta. La decisión que le llevó a querer deshacerse del negocio hostelero mejor valorado de Donostia según la popular web Trip Advisor, con una puntuación de 4.5 sobre 5 de un total de más de 2.000 opiniones, fue debido principalmente a dos factores: pasar a una nueva etapa de su vida y cuidar de su salud. Pues bien, para su sorpresa, «muchos clientes» daban por hecho de que Tedone ya había cerrado sus puertas definitivamente.
Pero nada más lejos de la realidad. El restaurante especializado en comida ecológica de la calle Corta funciona a pleno rendimiento mientras no se consiga efectuar la compraventa. Basta con echar un vistazo desde la calle Miracruz a la altura de la plaza Pinares para comprobar que la terraza está llena de gente estos días de verano. Por el momento, todo sigue igual en torno a uno de los lugares de referencia gastronómica de la ciudad. O eso parece. Porque no todo el mundo ha entendido de la misma manera el anuncio que su dueño hizo en redes sociales y del que al día siguiente, el 13 de diciembre de 2022, se hizo eco DONOSTITIK.
“Anuncié que el Tedone seguía abierto hasta que lo vendiera”, explica Beltza, “pero curiosamente me he encontrado con bastantes personas que no han ido al restaurante porque pensaban que ya estaba cerrado. Y es esto lo que quiero aclarar. Estamos abiertos con total normalidad hasta el día en que lo consiga vender”. Durante estos más de seis meses ha sufrido cierto “estrés” e “incertidumbre”, a la espera de que apareciese algún interesado en la compra del establecimiento.
Desde hace más de tres lustros Tedone ha conquistado a locales y turistas gracias a una propuesta alternativa con platos que actualmente oscilan entre los 10 y 22 euros. Esa mirada saludable y sostenible marca de la casa no ha variado ni una coma en 2023, asegura Beltza. “Seguimos trabajando igual. Tratamos de que nuestra oferta de platos sanos, sabrosos y con un punto original siga siendo la misma de siempre, que la terraza sea un espacio tranquilo y agradable al tiempo que intentamos empatizar lo máximo posible con las personas”.
Su máximo responsable y cara visible subraya la vertiente cultural que también ha caracterizado al espacio durante toda su andadura y que ha llevado a mucha gente a acudir a decenas de eventos paralelos. Al Tedone no solo va uno a comer bien, sino también a charlar, pensar y divertirse. “Hemos organizado más de 100 cenas-tertulias en las que se ha debatido de manera amable sobre diversos temas relacionados con la salud, la alimentación, la literatura, la historia, la política, la eutanasia e incluso acerca de la preparación a la muerte. Todo esto también ha sido muy importante en el bagaje del Tedone”.
Sobre conseguir copar los primeros puestos en las webs gastronómicas de referencia, por encima incluso de los restaurantes de estrella Michelín, a Beltza le da un plus de satisfacción, aunque no es algo que le quite especialmente el sueño. “Claro que da subidón estar ahí arriba, pero sabes que en cualquier momento las cosas pueden cambiar y que algo así se debe a múltiples factores”, afirma.
Lo que no varía es su decisión de abrir un nuevo “ciclo vital”. Beltza quiere cambiar de aires. Así que el restaurante, que sigue en marcha, busca nuevos dueños desde hace un semestre en una apuesta irreversible. “Me sigue gustando la profesión, pero la edad, la salud y el hecho de estar constantemente pendiente del Tedone han hecho que tome esta decisión. En la medida de lo posible me gustaría poder terminar esta etapa profesional al 100%. A veces, si no cierras del todo, sigues estando pendiente por una u otra razón”.
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