El conflicto de las residencias y centros de día de Gipuzkoa se perpetúa, y ELA ha dado un nuevo paso hoy, con su convocatoria de otros 27 días de huelga. El sindicato mayoritario del sector acusa a la Diputación, responsable último del servicio, de mentir y torpedear el acuerdo, y a la diputada del ramo, Maite Peña, de señalar a las trabajadoras y sindicatos como instrumentalizadores de los residentes y familiares. Y, mientras, las cuatro patronales han firmado un manifiesto negando por ejemplo que dos de ellas (Adegi y Matia 2020) hayan suscrito un preacuerdo con ELA, como señala el sindicato.
Ante este convulso panorama, el portavoz de la Diputación, Imanol Lasa, ha querido poner calma en su intervención de hoy después del Consejo de Gobierno del ente foral. A su entender, en este conflicto, “lo que le toca a la diputación es ser facilitador” del acuerdo, “y ese es el papel que va a jugar”. Eso, además de que su primer objetivo, afirma, es “asegurar que el cuidado de nuestros mayores en las residencias siga siendo de calidad, y se cumplan todos los mínimos” establecidos en una situación como la de huelga, para lo que, según asegura, se adoptarán “todas las medidas” necesarias.
Pero, para ese rol de “facilitador”, llama a que las partes “dejen a un lado todas las exageraciones, todas las acusaciones”, y que actúen con “responsabilidad” para llegar “cuanto antes” a un acuerdo, que debería incluir a “todos los sindicatos sin exclusiones, y la patronal, y todos los agentes que representan a la patronal”.
Críticas de ELA
Mientras tanto, el encargado del tema en ELA, Txomin Lasa, habló recientemente en las Juntas Generales de Gipuzkoa, y realizó un pormenorizado repaso a su visión de las negociaciones. Insistió en que el acuerdo existía y que otras partes, como Maite Peña, han «mentido sin pestañear». Para Lasa, la Diputación «no tiene ningún interés de mejorar las condiciones laborales de un sector feminizado y que se dedica a los cuidados; al revés». Aunque aún no se había decidido la nueva huelga, calificó el escenario de «poco halagüeño».
El preacuerdo con dos de las patronales, que Txomin Lasa insiste en que es cierto aunque ahora lo nieguen desde las otras partes, era «bueno y realizable; no tenemos ninguna duda», al menos si existiera «voluntad política» de por medio.
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