El 9 de enero se celebran dos importantes aniversarios en el puerto de Donostia: los 111 años desde que la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa creó la primera Escuela de Pesca del Estado y los 157 años de la trágica muerte de José María Zubía, ‘Aita Mari’, marinero y héroe por los salvamentos marítimos que le hicieron tan popular.
Hoy, como todos los años en el busto que lo representa, se le ha hecho una ofrenda floral al marinero Aita Mari. Para ello se han encontrado en el Puerto donostiarra una familiar que suele acudir todos los años al homenaje, el alcalde Eneko Goia, el presidente del Aquarium José Ignacio Espel y el responsable del museo de la entidad Alejandro Larrodé.
Tanto Goia como Espel han puesto el acento en que hoy también hay «héroes» en el mar que ponen en peligro su vida para salvar a los más débiles. Imposible no acordarse de ellos durante una ofrenda como la de hoy.
José María Zubía, Aita Mari
Este marino nació en Zumaia en una modesta familia de pescadores. Desde pequeño se dedicó a la pesca estableciendo como patrón de bajura en el Puerto donostiarra.
Fue en el desempeño de su trabajo como patrón donde comenzó a hacerse famoso en San Sebastián y en toda la costa vasca por la ayuda que prestaba desinteresadamente a otros compañeros en situaciones difíciles durante las tormentas que sorprendían en la mar a los pescadores.
Para la posteridad quedó el rescate que comandó el 22 de julio del 1861, cuando una tremenda galerna se levantó súbitamente y en un bote logró rescatar a los 3 tripulantes del barco afectado. Por este acto Aita Mari y sus compañeros obtuvieron la Gran Cruz de la Beneficencia de la Marina.
El 9 de enero de 1866 se desató otra terrible tormenta y Zubía partió del puerto de San Sebastián en su barco para rescatar a unos pescadores de una chalupa de Getaria que trataba de entrar en la bahía de la Concha. Cuando había logrado poner a salvo en su bote a todos los náufragos, un golpe de mar lo arrastró y desapareció para siempre. La muerte de Zubía tuvo lugar ante un numeroso público que presenciaba el rescate desde la costa. Ese día fallecieron 38 pescadores por la tormenta.
Todo ello provocó una gran conmoción en San Sebastián y en la costa guipuzcoana y por ello los donostiarras erigieron un busto en el muelle del puerto pesquero donostiarra en honor de Aita Mari para perpetuar su memoria. Hoy se cumplen 157 años de la trágica muerte.
La Escuela de Pesca
El 9 de enero de 1912 se inauguró la primera Escuela de Pesca del Estado en el salón escolar de la iglesia de San Pedro de los Mareantes del muelle donostiarra. A la inauguración acudieron 38 pescadores de entre 15 y 33 años, que recibieron su primera lección, en euskera y castellano, sobre faros y luces de puerto entre Matxitxako y Capbreton.
Dibujo y caligrafía, mecánica de vapor y meteorología eran algunas de las asignaturas que daban, a las que después se añadieron las básicas de enseñar a leer y escribir y las cuatro reglas, que muchos pescadores desconocían. A finales de año acudían ya eran 70 alumnos. Los cursos eran gratuitos y los gastos corrían a cargo de la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa (SOG).
El Aquarium donostiarra quiere recordar el gran valor que tenía la Sociedad de Oceanografía de Gipuzkoa para ayudar económicamente a los patrones, tripulantes y familias de las embarcaciones que naufragaban, así como para las embarcaciones salvadoras.
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