(EFE). Un hombre acusado de proponer distintas prácticas sexuales a una adolescente de 14 años, hija de un conocido, a cambio de dinero ha admitido este miércoles lo sucedido, aunque ha rechazado haber mantenido contactos de índole sexual con la menor.
Los hechos, según mantiene la Fiscalía, que reclama cuatro años y medio de prisión para el acusado, se remontan al 4 de septiembre de 2020, cuando la menor envío al procesado un mensaje para preguntarle si sabía de algún trabajo que ella pudiera desempeñar porque «necesitaba dinero».
En este contexto, el inculpado, que por entonces tenía 49 años, presuntamente le propuso que mantuvieran relaciones sexuales a cambio de dinero, «aprovechando para ello la confianza» que la chica tenía en él.
De esta manera, a lo largo de diferentes conversaciones a través de una aplicación de mensajería, el hombre presuntamente preguntó a la adolescente «qué haría por dinero» y le habló de un «amigo» suyo que «estaría dispuesto a pagar a cambio de sexo».
Remitió mensajes
Un día después, el 5 de septiembre, el encausado supuestamente remitió a la chica un nuevo mensaje en el que le preguntó «qué le haría por cien euros» y a lo largo de las siguientes jornadas presuntamente le propuso «quedar en el trastero de su vivienda» para llevar a cabo distintas prácticas sexuales «siempre a cambio de dinero».
Más adelante, el procesado concretó aún más sus proposiciones y presuntamente quedó en pagarle 80 euros «fijando una posible fecha para tal fin», si bien las conversaciones entre ambos «finalizaron el 20 de octubre» de aquel mismo año tras «descubrirse y denunciarse los hechos» sin que conste que «llegara a producirse ningún encuentro sexual» entre ellos.
Durante el juicio oral celebrado este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, el procesado, que ha dicho encontrarse en tratamiento psicológico y que ha testificado visiblemente nervioso, ha admitido todos los hechos a preguntas de la fiscal.
Ha explicado asimismo que tras lo sucedido precisó de ayuda psicológica tanto por los hechos como por la aparición de «pasquines» y pintadas en su entorno en los que se le acusaba de «pederasta».
Ha insistido asimismo en que «nunca» llegó a mantener ningún contacto de naturaleza sexual con la víctima, cuya declaración ha tenido lugar a puerta cerrada.
Testimonio preconstituido
En este momento de la vista, se ha proyectado en la sala, en ausencia de público, una grabación con el testimonio preconstituido de la adolescente, como forma de evitar en ella un efecto de revictimización.
Seguidamente ha comparecido la hermana mayor de la víctima, quien descubrió los mensajes en el móvil de la menor. Esta chica ha asegurado que el procesado era «bastante amigo» de su padre, ha desvelado que su allegada se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico y ha señalado que su hermana le dijo que seguía el juego al acusado «sin más».
En la parte final del juicio, la fiscal, que inicialmente reclamaba cuatro años y medio de cárcel para el inculpado, ha rebajado hasta los dos años su petición de prisión para el hombre, al aplicarle la atenuante de reparación del daño causado, ya que antes de la vista oral consignó 3.000 euros en la cuenta de los juzgados para compensar a la víctima.
La representante del Ministerio Público también ha reclamado que el hombre no pueda comunicarse con la chica ni aproximarse a ella durante ocho años, que permanezca seis años en situación de libertad vigilada y que sea inhabilitado durante tres años para cualquier oficio en el que tenga contacto con menores.
Por su parte, la acusación particular, que ejerce la víctima, ha pedido seis años de cárcel para el hombre y que compense económicamente a la chica, entre otras penas accesorias.
La defensa del acusado ha pedido que se le apliquen las atenuantes de haber reparado el daño causado y de confesión tardía y que sea condenado a dos años de cárcel pero que esta pena le sea suspendida, algo a lo que la Fiscalía no se ha opuesto.
Finalmente, en el ejercicio de su derecho a decir la última palabra del juicio, el acusado ha dicho arrepentirse de «todos los mensajes», ha afirmado que no sabe lo que le pasó, ha insistido en que se le fue «la cabeza» y ha pedido perdón tanto a la víctima como a su familia, así como a sus propios allegados.
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