(Ana Burgueño/EFE). El director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos, asume que la 71 edición, que comienza el 22 de septiembre, puede ser «un poquito menos lucida» que otros años por la falta de estrellas de Hollywood debido a la huelga de actores, aunque asegura que no va a suponer «un golpe en la línea de flotación del certamen».
Rebordinos señala, en una entrevista con EFE, que el efecto es distinto en casos como el de Venecia, «un festival grandioso» que cuenta cada año «con 14 o 15 estrellas de primerísima fila» y al que su ausencia «cambia mucho el perfil».
Glamour europeo
«San Sebastián no es un festival que se base en el glamour, su repercusión tiene mucho más que ver con el cine que se proyecta y con las actividades de industria, con esos descubrimientos de óperas primas y segundas películas que de pronto ganan la Concha de Oro», destaca el responsable del Zinemaldia.
Javier Bardem es el protagonista del cartel de este año, su imagen se verá por toda la ciudad, pero el actor no acudirá a recoger el Premio Donostia porque forma parte del sindicato de actores en huelga, aunque estará en San Sebastián en 2024 para recoger el galardón.
Se ha caído el cuatro premio en el que trabajaban, por lo que este año el reconocimiento honorífico a la trayectoria profesional lo recogerán Víctor Erice y el japonés Hayao Miyazaki, el maestro de la animación, quien lo hará de forma virtual.
«Pero glamour va a haber, más europeo y más español este año», agrega, con nombres como Juliette Binoche, Gabriel Byrne, Dominic West, James Norton, Mads Mikkelsen, Griffin Dunne, Aidan Gille, François Cluzet y Emmanuelle Devos.
Sección oficial con personalidad
Este año se volverán a proyectar más de 200 películas en nueve días, hasta el 30 de septiembre. La Sección Oficial reúne filmes «con mucha personalidad» para competir por la Concha de Oro.
«Por un lado, hay películas que buscan nuevos caminos, más experimentales o que arriesgan más, como ‘MMXX’, de Cristi Puio, o ‘Kalak’, de la directora sueca Isabella Eklöf. Y otras con los códigos más típicos del cine clásico, como ‘The Royal Hotel’, de Kitty Green, muy especial y con mucho poder», explica.
Remarca que es también una sección «muy femenina», incluida la representación española, con las realizadoras Isabel Coixet, Isabel Herguera y Jaione Camborda con filmes a concurso.
Otras directoras, como Carla Simón y Estíbaliz Urresola Solaguren, optaron por un certamen como la Berlinale para presentar «Alcarràs» y «20.000 especies de abejas», respectivamente. La catalana se hizo con el Oso de Oro en 2022 y la protagonista del filme vasco triunfó como mejor intérprete este año.
Rebordinos no lamenta que cineastas españoles decidan estrenar en festivales internacionales en vez de hacerlo en San Sebastián, incluso en algunos casos ha ayudado para que una película se viera en el certamen alemán.
«Hay películas para todos, y para una película española ir a Berlín, Cannes o Venecia es muy importante, me alegro muchísimo, aunque no la tengamos nosotros. Es muy bueno estar en un festival como el de San Sebastián, pero obviamente más estar en uno de esos tres. Si fueran otros, igual diría que es mejor que vengan a San Sebastián, pero si hablamos de Berlín, Venecia o Cannes, lo que hay que hacer cuando van allí es felicitarles», ha subrayado.
Ha recordado además, que el Zinemaldia recupera esos filmes que han triunfado en otros certámenes para incluirlos en algunas de sus secciones.
Rebordinos y su futuro
El Festival de San Sebastián inicia su nueva edición el mismo día en que Rebordinos cumple 62 años. Tiene claro que solo estará al frente del certamen un trienio más.
«Me iré con la 74 edición sí o sí, siempre que el consejo de administración -Ayuntamiento de San Sebastián, Diputación de Gipuzkoa y gobiernos vasco y central- quiera que siga hasta entonces», comenta, tras asegurar que su relevo no va a suponer un problema.
«En estos momentos, hay dos personas dentro del Festival que podrían coger mañana mismo la dirección«, asegura Rebordinos, que insiste en que es el consejo de administración quien debe elegir a su sucesor, aunque espera que cuente con la opinión de los actuales responsables del Festival. «Yo ayudaré lo que haga falta, no me voy a ir con un portazo», apostilla.
Indica que unos de sus empeños desde que accedió a la dirección ha sido que el Festival tenga «una estructura empresarial».
«La apuesta por la industria ha tenido una repercusión brutal. Creo que el Festival sigue teniendo la presencia que tiene mundialmente, y ha aumentado, gracias a la industria. Probablemente si cuando llegamos no apostamos por la industria, el Festival hubiera languidecido porque los tiempos han cambiado», manifiesta.
Considera que el otro hito de su mandato ha sido el hacer el «Festival de todo el año», al extender sus actividad a otras compartidas con las entidades que tienen también su sede en Tabakalera, como la Filmoteca Vasca, la Elías Querejeta Zine Eskola y el propio centro de cultura contemporánea.
Asimismo, hay cuestiones que han intentado llevar a cabo en estos años pero que «no han funcionado», como el lograr la asistencia de más representantes de la prensa internacional al certamen, algo «muy difícil» con la proximidad de Venecia y Toronto antes y de Londres y Roma después.
«Tal vez esa sea una tarea que le quede pendiente a la nueva dirección, pero es muy difícil por ese tapón entre festivales», ha añadido.
El Zinemaldia 2023 superará los 9 millones de euros de presupuesto, en un año en el que la inflación ha complicado las cosas, lo que han logrado solventar con aun aumento de los patrocinios.
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