Ya en la recta final Literaktum ha recibido hoy al escritor Ray Loriga (Madrid, 1967), siempre joven, siempre con aspecto de rockero recién llegado a un mundo editorial en que sin embargo está presente desde que tenía poco más de 20 años (con 25 publicó su primera novela, ‘Lo peor de todo’, y al año siguiente llegó ‘Héroes’). Loriga ha mantenido una entretenida charla con Iban Zaldua a cuenta de su último trabajo, ‘Cualquier verano es un final’, una historia de amor o de amistad entre dos hombres.
«Tengo la teoría, y se ve en la novela, de que el amor es una necesidad. Uno ya tiene el pedestal preparado y la estatua la pone luego. Pasa otro por ahí y le dice ven, súbete aquí un momento«. Así se ha referido el escritor a la historia de Luiz y de Yorick, una relación que ha preferido no definir porque el amor «es difuso». «Nadie sabe mucho del amor. Lo sentimos pero no sabemos», ha apuntado.
Cabe recordar que el amor es, precisamente, el hilo conductor de este Literaktum que empieza a dar sus últimos compases.
«Sí es verdad que en las relaciones amorosas hay uno que piensa que da más que el otro o por lo menos tiene la duda», ha añadido el escritor. «Y no sé si es más injusto ser el que adora o el adorado. Las relaciones de dominio son extrañas. Poniéndote debajo puedes llegar a dominar más».
Frente al mismo lago
‘Cualquier verano es un final’ encierra más historias que la de Luiz y Yorick. Una historia de amor convencional y no correspondido, por un lado, y otro gran tema: el suicidio asistido, a través del deseo de morir de uno de los protagonistas en el que paradójicamente es un buen momento de su vida.
«Luiz está estupendo a los 60 años, pero teme el capítulo final. Una fase que en muchos casos conlleva pérdida de dignidad, merma de capacidades… A veces olvidando el propio nombre y a quienes has querido«, ha comentado Loriga.
Respecto a este asunto, el escritor ha narrado a los presentes que la idea partió por algo que le resulta llamativo. En Suiza, junto al lago Constanza, está la clínica Buchinger, residencia de la eterna juventud. Y también, junto al mismo lago, están las dos únicas residencias legales de suicidio voluntario en Europa. «Centros donde no hay que exponer causas particulares ni dolores extremos. Se puede decidir morir de forma plácida y en buen estado de salud», explicó Loriga. «Y me resultaba intrigante que los que quieren vivir para siempre, y los que quieren morir este miércoles, coincidan allí, frente al lago».
De viaje
‘Cualquier verano es un final’ es también un libro de viajes, otra constante en la obra de Ray Loriga. «La literatura no me ha hecho rico pero me ha llevado a muchos sitios», ha contado, añadiendo que pasado el tiempo se acuerda de ese café o ese paisaje y los incluye en una novela. «Entonces escribo sobre restaurantes que ya no existen y playas que se han masificado. Esa playa que decías que era muy bonita es una puta mierda, me dice luego alguien».
En este contexto Zaldua le ha preguntado, entre risas, si no se siente un poco responsable de la turistificación de algunos enclaves, y la respuesta ha gustado a los presentes que llenaban la sala Kutxa Fundazioa Kluba: «No creo vender tantos libros como para joder ninguna playa. A lo mejor Pérez Reverte, sí. O por lo menos una cala…»
Con Loriga comienza la despedida de Literaktum, que de aquí al viernes todavía dará sus últimos coletazos con el amor como gran tema literario (y vital) y varias citas interesantes. (Literaktum en DonostiTik, aquí. Programa de Literaktum en la página oficial, aquí).
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