Cuenta Raphael que es la segunda vez que viene a Donostia con motivo de un festival de cine, la primera vez fue con Álex de la Iglesia, y que no quiere perderse más «este ambiente». Así que entre sus muchos proyectos futuros («si Dios quiere y nos deja la pandemia») figura volver al Zinemaldi, además de dar conciertos, rodar películas y realizar en Latinoamérica la gira que impidió el covid. Y es que bastan pocos minutos escuchando al cantante para darse cuenta de que tiene la cabeza en el futuro pese a estar presentando una serie que celebra sus 60 años sobre el escenario. «La pasión que pongo a las cosas es auténtica y no tengo recetas: trabajo en lo que me gusta con la gente que me gusta. Yo no hablo de otras cosas. Hablo de esto. Es el único y gran secreto».
Charlie Arnaiz y Alberto Ortega todavía no han terminado de rodar ‘Raphaelismo’, de la cual se presenta el segundo capítulo en Donostia. Ambos directores presumen de que pese a lo notorio y conocido de la vida de este artista, la serie documental ofrece momentos inéditos. Y agradecen este hecho al propio cantante y a la familia (y también un poco al confinamiento que mantuvo a Raphael en casa y les permitió desarrollar «cinco entrevistas de muchas horas» tras las cuales Arnaiz terminaba «agotado»).
El espectador puede asistir a situaciones curiosas que no se habían narrado hasta el momento, extremo que atraerá especialmente a los fans, repartidos por todo el mundo. Es el caso de la crisis que sufrió el cantante en Las Vegas, momento que ha salido a colación también durante la rueda de prensa. «Cometí un error, siendo complaciente me llevé a mi madre a las Vegas y fue un infierno. Eran cuatro shows todos los días, sin dormir durante dos meses y tenía 21 años. Y mi madre recriminándome a cada momento», ha explicado el cantante, quien cree que «allá donde esté» su madre habrá sabido perdonarle. «Había pensado muchas veces en contarlo pero me ha venido ahora una oportunidad muy buena para hacerlo. Y estoy liberado».
El cantante, que califica la serie sobre su carrera y su vida como «un honor», hizo gala de todo su agradecimiento al referirse al director de cine Mario Camus, fallecido ayer, «el primero» en confiar en él cinematográficamente y con el que además tenía un vínculo muy estrecho.
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