Los impuestos en España siempre han sido una historia confusa, son diferentes y hay muchos, pero ¿por qué los pagamos y qué tiene que ver la cultura financiera?
Vayamos al fondo de la cuestión, lo primero que es importante entender es lo siguiente
¿Qué es la cultura financiera en términos sencillos?
Es un conjunto de habilidades y conocimientos que te ayudan a no gastar demasiado y a aumentar tus ahorros. Entre ellos se incluyen la planificación presupuestaria, el conocimiento de los productos de crédito y seguros, la gestión del dinero, el pago correcto de las facturas, la inversión y el ahorro.
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¿Cuáles son las reglas básicas que debemos conocer?
1 – Para aprender a gastar menos de lo que se ingresa, hay que llevar un presupuesto. Hay que tener en cuenta los ingresos: sueldo, inversiones, deducciones fiscales; los gastos fijos: alquiler, servicios y pago de préstamos; los gastos variables: comida, compras, viajes y ocio; los ahorros.
2 – Forme un «airbag». Servirá para ahorrar en caso de emergencia, como la pérdida del trabajo o una avería grave del coche.
El tamaño mínimo de las reservas – ingresos para 3-6 meses, el óptimo – para 12 meses. Por ejemplo, con un sueldo de 2000 euros, el airbag mínimo será de 6000 – 12000 euros, y el óptimo – 24000 euros. Si tienes hijos, es necesario aumentar las reservas.
3 – Invertir en el futuro. No hay que pedir nuevos préstamos hasta que no se hayan pagado los actuales, y no hay que gastar el dinero del crédito en ocio y ropa. Merece la pena pensar en las cotizaciones a la pensión y los seguros, invertir en formación y comprar sólo el equipo que necesitas para trabajar. Por ejemplo, si eres diseñador, una buena compra sería un ordenador potente que tire de complejos programas de modelado 3D y te ayude a ganar más.
4 – Planifique su presupuesto
Empieza con una hoja de cálculo Excel, un cuaderno o utiliza aplicaciones especializadas como Contabilidad Doméstica. Al principio, anota todos tus gastos y segméntalos. Los gastos fijos son el alquiler, la hipoteca, el préstamo y las facturas de servicios públicos, mientras que los gastos variables son todo lo demás. Estos pueden incluir dinero para comida, ropa, ocio, vacaciones, enseres domésticos y cuidado personal. Suma también todos tus ingresos.
Al cabo de tres meses, analiza cuánto has gastado y recibido y piensa a qué puedes renunciar en el futuro.
Serán decisiones difíciles, pero te ayudarán a recortar gastos. Planifica tu presupuesto de modo que reserves una determinada cantidad de dinero. Sé honesto y realista.
Tienes que restar los ahorros y los gastos fijos de tus ingresos. A la diferencia tendrás que sumar todos los gastos variables.
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