Este tema que abordamos hoy es complejo. En la era de los nativos-digitales el porcentaje de los menores entre 12 y 16 años que tiene un smart-phone está por encima del 80%. Por tanto desde edades muy tempranas tenemos que enseñarles a gestionar el tiempo de exposición a los dispositivos, algo que tenemos muy presente en ABAtxiki.
Y es que el problema para las familias sobreviene cuando los menores son incapaces de dejar el móvil y el hacerlo les genera conductas inadecuadas, muchas veces acompañadas de ansiedad.
Hemos de entender que el móvil tiene muchos usos para ellos: los contenidos online (plataformas tipo Netflix, Youtube), los juegos (via app) y las redes sociales (instagram, whatsapp…. Sienten la necesidad de estar permanentemente conectados con sus amigos o con el mundo virtual, lo que muchas veces les impide concentrarse en la realidad que están viviendo.
Nos podríamos extender mucho en lo perjudicial que puede ser el uso abusivo, sin embargo, pensamos que esto es suficientemente sabido. Desde Abatxiki queremos dar a las familias pequeños consejos que esperamos ayuden a manejar mejor la situación de conflicto si es que llega a producirse:
1. No es aconsejable confiscar el móvil: Es mejor acompañarles en un uso adecuado del dispositivo explicándoles, por ejemplo, que primero han de hacer los deberes y luego ya podrán estar con el móvil.
2. Es importante que los miembros adultos de la familia den ejemplo. Las normas de uso que les imponemos a ellos hemos de aplicárnoslas los adultos también.
3. Declarar espacios o tiempos libres de móviles: el dormitorio y el baño, la hora de desayunar, comer y cenar. Es importante que respeten esto todos los miembros de la familia.
4. Usar apps de control de tiempo por aplicaciones o de dispositivo: de esta manera el/la menor asumirá que, por ejemplo, entre las 20h y las 8h no podrá usar el dispositivo.
5. Usar el propio móvil como reforzador: Si vemos que la conducta es adecuada y que no muestra ansiedad cuando ha de dejarlo, hemos de reconocérselo y felicitarle. Incluso decirle: “como me lo has dado sin problemas, después de comer te lo dejo un ratito”.
En definitiva se trata de acompañar a nuestros hijos en un aprendizaje de uso de la tecnología que queramos o no va a formar parte de su vida. Eso sí, como padres hemos de velar por que esto no les suponga una pérdida de otras habilidades como las sociales o académicas. Con paciencia y diálogo las probabilidades de éxito serán sin duda mayores.
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