(EFE). Trabajadores de Osakidetza y miembros de la plataforma a favor de la sanidad pública de Donostialdea (DOPA) han protestado este sábado en San Sebastián por el cierre del centro de salud de Amara Berri los fines de semana y festivos, lo que consideran un paso más en el «deterioro» del Servicio Vasco de Salud.
Tras la denuncia realizada este viernes por el sindicato ELA y la propia DOPA, hoy ha tenido lugar una concentración ante este centro de salud, que los fines de semana ha funcionado hasta ahora, junto al ambulatorio de Gros, como «punto de refuerzo» para atender a pacientes de nueve de la mañana a nueve de la noche.
La medida se aplicará a partir del 14 de diciembre, han indicado a EFE fuentes de Osakidetza, que han explicado que, además del ambulatorio de Gros, las urgencias no hospitalarias se seguirán atendiendo en el Punto de Atención Continuada (PAC) de la calle Bengoetxea, abierto las 24 horas los festivos y fines de semana, donde hay y seguirá habiendo médicos.
Han precisado que Amara Berri nunca ha sido un PAC, como dijo ELA este viernes, y que nunca ha habido médicos en fines de semana y festivos, salvo cuando algún facultativo lo ha hecho de forma voluntaria. Han señalado que su cierre está motivado porque no tenía actividad suficiente que justificara su apertura sábados y domingos, más con la «dificultad» actual por la falta de profesionales sanitarios.
Las fuentes han dicho que, no obstante, hasta que se conozca «el impacto» que este cierre puede tener, el ambulatorio de Gros, donde tampoco hay médicos, se reforzará los fines de semana y festivos con una enfermera y un celador más.
Ante el centro del barrio de Amara, se ha congregado esta mañana más de un centenar de personas con sendas pancartas en las que se leía «No al cierre de Amara Berri» y «Reducción, ni en verano ni en invierno». Entre ellas se encontraba el exalcalde de San Sebastián y portavoz de EH Bildu en el consistorio donostiarra, Juan Karlos Izagirre, médico de profesión.
Kontxi Rebollo, de la plataforma DOPA, ha dicho que «el sistema vasco de salud tiene que cambiar» porque «poco a poco se ha ido deteriorando» y este nuevo cierre «es una pérdida más de las que se vienen dando desde la pandemia, y también de antes».
«Osakidetza es nuestra y queremos defenderla. Para nosotros, está claro que la intención es que la gente se vaya a la privada», ha señalado Rebollo, que ha lamentado que sea ahora un único ambulatorio «de referencia» el que atienda a toda la población de San Sebastián los sábados y los domingos, una vez que deje de abrir Amara Berri, adonde acuden pacientes del Antiguo, Riberas de Loiola, Aiete, Loiola, Martutene, Miramon y Amara.
La enfermera Itziar Mujika ha hablado también durante la concentración para denunciar que el Servicio Vasco de Salud está «aplicando sus cierres de manera silenciosa, como ocurrió con el ambulatorio de Ondarreta».
«¿Va a ser suficiente ahora con Gros para atender a toda Donostia? ¿Qué hace el Departamento de Salud con el dinero de todos? ¿Quiere que nos vayamos a la privada?», se ha preguntado.
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