Un Premio Nacional de Cinematografía es siempre un galardón amable que responde al calor del sector hacia alguno de sus artífices destacados. El concedido hoy a la productora Esther García en Tabakalera de manos del ministro de Cultura y Deporte José Guirao, que se ha estrenado en estas lides, ha sido más que amable, emocionante, y los presentes han respondido con un aplauso más que caluroso a esta mujer que lleva 30 años en la profesión «deshaciendo entuertos», como ha dicho el actor Javier Cámara, que le ha dedicado palabras muy bonitas.
También lo ha hecho Agustín Almodóvar, y es que García está apegada a la filmografía del manchego Pedro Almodóvar desde sus inicios. A la del manchego y a la de tantos otros directores españoles sin los cuales la historia y el presente del cine español no sería el mismo.
García, encantada, ha aprovechado para reivindicar el papel de las mujeres en esta profesión y en todas, en realidad. «Hago lo que hacen todos los cachorros: cuido de ellos, intento que el grupo esté cohesionado y que no haya dolor. El dolor no nos gusta a nadie, pero a las mujeres menos».
Con este galardón, además de premiar una carrera, se da visibilidad a la producción, tarea esencial pero todavía desconocida por el gran público.
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