«Como matrona consideraba que la lactancia materna en Gipuzkoa estaba normalizada más allá de que sigue habiendo denuncias concretas por situaciones en un supermercado o un bar. Como madre… ya no tengo claro que esté tan normalizada». Quien habla es O.D, matrona de profesión y desde hace dos años, madre. Y este último punto es el que le ha hecho replantearse si la situación está tan normalizada en el Territorio, ya que durante tres meses ha vivido «situaciones incómodas» en el colegio de su hijo que tras enquistarse la han llevado a decidir cambiar al niño de centro a partir del curso que viene. El problema, en su caso, no ha sido con el sistema, «que da margen para hacerlo». El problema ha sido con las personas que trabajan en el centro.
«Si en Gipuzkoa estuviera tan normalizada la lactancia materna no sería extraño dejar al niño de dos años y, en el momento de la despedida, darle pecho porque lo pide, porque lo necesita». Algo que según O.D no le lleva más de un minuto o dos y que además tampoco está excluido de las normativas. Si algo ha sorprendido a esta matrona es que no se trata de una carencia del sistema, sino de falta de empatía de determinadas personas. «Puedo dejar al niño de 7.30 a 8.45 horas y esto me da un margen suficiente como para no interrumpir ninguna actividad».
Primero las andereños le pidieron que no lo hiciera porque alteraba a los compañeros del niño. Después, y vista la insistencia de la madre, que para esas alturas ya empezaba a sufrir nervios a la hora de ir al colegio. La relación entre las andereños y O.D se tensó de forma evidente y el acuerdo no parecía posible. «Me pedían que el niño fuera desayunado, pero el problema es otro, por supuesto que va desayunado. Además mi hijo tiene dos años y desde la OMS y desde la Asociación Española de Pediatría recomiendan la leche materna hasta por lo menos esa edad. ¿Cómo puede ser que les parezca tan extraño precisamente en un colegio?, a esa edad también llevan chupete y a nadie le parece raro».
La actuación del director pedagógico sirvió para reconducir (en parte) el conflicto. O.D. da el pecho al niño en un lugar apartado de la gela al llegar y al salir. Mantiene que su derecho es el de amamantar a su hijo sin impedimentos, y considera que más madres llevadas por la necesidad del niño también lo harían si en determinados colegios se viera de forma más natural.
«Yo lo he pasado mal, pero no pueden convencerme de que dar el pecho al niño es extraño en estas circunstancias», expresó O.D, quien de cara al curso que viene optará por cambiar de colegio al niño.
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