Las brumas, fieles amantes de los hayedos, acarician el bosque con dulzura, aferrándose tercamente a los árboles. Esas brumas le regalan humedad, agua, alimento, vida… Leer más »Zaldiaran. Las ventanas de Mari

Amanecía quedamente, tonos naranjas, ocres y rojizos pintaban el horizonte con una sublime paleta de colores, envidia del mejor de los viejos maestros holandeses, el… Leer más »Ogoño, vieja atalaya feudo de las lamias

Poquito a poquito, las dulces y amables cimas herbosas de nuestro Pirineo, ese Pirineo hechizante, van dejando paso a cumbres cada vez más elevadas, más… Leer más »Arpeko Saindua. La estalactita mágica

El anciano llegó con paso tranquilo, caminando despacio, no había prisa, nada tiene prisa en la naturaleza, y él, conocía muy bien, vaya si la… Leer más »Maruelexa y Gastiburu. De castros, santuarios y misterio

Despacito, cada gota de agua, cae lentamente desde la mágica estalactita, hasta llegar a la pila de piedra que las recoge, en la entrada de… Leer más »Sandaili. El susurro celta

Imaginemos un bucólico valle de mil y un tonos de ocres en el otoño, cuando las nieves comienzan a susurrarnos, quedamente, que se aproxima el… Leer más »Domaika, preciosa morada de Tartalo

Nuestras viejas botas, acarician pausadamente la vereda, que se introduce en la profundidad del bosque, bajo la sublime cúpula de verdes etéreos, eléctricos, casi trasparentes,… Leer más »Selva de Irati. Embaucador feudo del Basajaun

Cuentan las viejas historias de nuestra mitología, que, en la localidad navarra de Goñi, ubicada en el valle homónimo, vivía un caballero llamado don Teodosio… Leer más »San Miguel de Aralar. El santuario de la montaña mágica

El caminante contemplaba las profundas gargantas que se abrían ante sus ojos, plenos de belleza y sorpresa. Sentado en aquel remanso, dejaba que las gélidas… Leer más »El puente de Ligi. El puente de las lamias

Una peculiar estampida toma al asalto las calles de la localidad navarra de Altsasua en la tarde del martes de carnaval. Una estampida impresionante, quizás… Leer más »Altsasua. De carnavales, jentiles y tradición