(EFE). Un hombre se enfrenta a una petición de penas que suman 17 años de cárcel por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa y de la acusación particular, que le imputan distintos delitos por maltratar, insultar, amenazar y violar a su excompañera sentimental con la que tenía una hija de corta edad y que quedó nuevamente embarazada tras la agresión.
Según ha relatado la víctima durante la primera sesión del juicio celebrado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, los hechos sucedieron sobre las 23.00 horas del 20 de junio de 2022 cuando el acusado, que tenía una orden de alejamiento de la chica, acudió al caserío de Bergara en el que ella trabajaba cuidando a una señora mayor.
La mujer, de origen magrebí igual que el acusado, ha relatado que el varón aprovechó que la puerta del caserío se quedaba abierta hasta tarde para penetrar en el inmueble, cuyas estancias conocía porque había convivido allí con ella y con su hija hasta que la relación sentimental se rompió.
De esta manera, el hombre se coló en la habitación de la víctima, cuando la señora mayor ya estaba acostada en otra dependencia, e inició una discusión con su excompañera. «Estaba borracho», ha descrito la víctima, quien ha recordado que el hombre le preguntó por qué le había denunciado, tras lo que le pegó un tortazo «con la mano abierta», sin que la señora pudiera enterarse del incidente porque tiene problemas de audición.
Le rapó el pelo
A continuación, el hombre la golpeó, la agarró del cuello, la tiró sobre la cama, cogió una «maquinilla eléctrica» y le rapó el pelo a pesar de que ella le pedía que la dejara «en paz». «Intenté escapar. Me fui al baño y cerré la puerta con pestillo», pero él «daba golpes» hasta que rompió una parte de la puerta «metió la mano por un agujero, quitó el pestillo, me llevó a la habitación y me pidió tener relaciones sexuales», ha relatado la víctima.
«Le dije que no, porque no quería», ha proseguido la mujer, a pesar de lo cual, él la «forzó» sobre la cama, mientras la cogía «muy fuerte» por el cuello y las manos, sin que ella pudiera zafarse porque el varón tenía «más fuerza» que ella.
La perjudicada ha mantenido que el hombre llegó a penetrarla hasta en seis ocasiones sin su consentimiento a lo largo de «toda la noche» hasta que a la mañana siguiente abandonó el lugar, tras lo que ella se quedó dolorida y «muy mal», tanto psicológica como físicamente, pues el hombre le causó distintas lesiones.
Ha detallado asimismo que tras este incidente el inculpado le mandó distintos mensajes y le realizó llamadas amenazantes, desde números de teléfono que ella no conocía, con la intención de que retomaran la relación sentimental, algo a lo que ella se negó porque ya «estaba rota».
Descubrió que estaba embarazada
La víctima ha recordado que en fechas posteriores acudió a la ginecóloga, descubrió que estaba embarazada, y al relatar a esta profesional los hechos dio aviso a la Policía de lo sucedido.
La mujer ha admitido que más adelante, una vez finalizada la orden de alejamiento, acudió a prisión con su hija para que el hombre pudiera ver a la niña pero, a preguntas de la defensa ha negado que fuera durante esta visita cuando se quedó embarazada del acusado.
En otro momento de la vista, han declarado dos ertzainas que han desvelado que días antes de este incidente descubrieron al acusado trabajando en una huerta del caserío a pesar de que tenía vigente una orden de alejamiento de la víctima, un incidente por el que fue detenido.
Está previsto que el juicio continúe mañana, cuando podría declarar el acusado, quien ha pedido ser interrogado en último lugar, tras la práctica del resto de la prueba testifical.
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