Paulo Airaudo: «Creí desde el principio en este proyecto, es un sueño»

Muchas llamadas y muchos saludos, pero a Paulo Airaudo le ha faltado tiempo para regresar desde Tenerife y ponerse a trabajar en las cenas como si fuera un jueves cualquiera pese a las felicitaciones constantes. Con todo se le nota feliz y es que no todos los días se recibe una estrella Michelin, si bien en su caso ya es la segunda porque ostentaba una en su anterior restaurante, La Bottega, en Ginebra. «Esta vez ha sido diferente porque durante la entrega estaba allí mismo, en la gala de Tenerife, con los colegas, con los amigos, y lo he pasado muy bien. No sé si lo esperaba, en todo caso siempre digo que la estrella Michelin es una recompensa a un trabajo bien hecho», expresa el argentino. 
Recién llegado a Donostia (abrió el restaurante Amelia en abril) no duda en referirse a sus mentores cuando le preguntan por el secreto del éxito de su carta, fundamentada en la cocina argentina con influencia italiana. Una carta «que ha gustado al público» y que sin duda ha convencido a los críticos. «He trabajado con los grandes y me formaron muy bien. Cuido la ejecución y los detalles. Además soy afortunado y no tengo secretos, pero trabajo más que cualquier otra persona», responde con convicción un Paulo Airaudo que considera la hostelería «como opción de vida» y que se formó en Europa, así que a día de hoy tiene escasa relación tiene con los chefs argentinos.
Consciente de que a partir de ahora se le exigirá más a su restaurante de Reyes Católicos, Airaudo piensa mantener la máxima con la que abrió el restaurante Amelia, «aportar algo especial en un entorno donde ya hay muchas cosas buenas». Y es que son 17 las estrellas del territorio donde elegió quedarse, así que la competencia y la inspiración están siempre a la vuelta de la esquina.
Desde luego Airaudo no se puede quejar de su llegada a San Sebastián, «una ciudad que me gusta y donde iniciamos un proyecto que es un sueño y en el que creímos desde el principio». Y donde promete seguir dando guerra sin descuidarse ni un segundo. Eso sí, cuando terminen las cenas, hoy, caerán unos brindis de celebración con todo el equipo.