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Pasos a seguir para lijar madera, metal o hierro con un taladro

El primer paso a seguir es sencillo, aunque tal vez tengas que ir de compras. Simplemente consiste en hacerte con el material que se requiere para llevar a cabo esta tarea

Atrás quedan los tiempos en los que se pensaba que el taladro prácticamente solo servía para hacer agujeros en la pared. Hoy en día muchos usuarios son conscientes de lo versátiles que llegan a ser. Así lo demuestran las numerosas funciones que tienen, tales como atornillar y lijar. Precisamente hoy hablaremos de esta última.

Y es que el taladro puede ser utilizado para lijar varios tipos de materiales. ¿Cómo lijar madera, metal o hierro con un taladro? No es complicado, aunque para obtener un buen resultado es fundamental que sigas los pasos que detallaremos a continuación. También daremos varios consejos para que quedes si cabe más satisfecho.

Reúne el material necesario

El primer paso a seguir es sencillo, aunque tal vez tengas que ir de compras. Simplemente consiste en hacerte con el material que se requiere para llevar a cabo esta tarea. Empieza por un taladro, el cual tiene que ser compatible con el lijado. Algunos de ellos ya cuentan con un adaptador, mientras que otros ofrecen la posibilidad al consumidor de comprarlo ellos mismos pagando un extra.

También necesitarás papel de lija cuyo grano ha de ser más o menos grueso en función del resultado que quieras conseguir. Sea cual sea tu intención, cerciórate de que cuentas con unas gafas que son esenciales para garantizar tu seguridad durante el transcurso del lijado que llevarás a cabo.

Para que estés más seguro y la tarea no sea nociva en ningún sentido, también es recomendable colocarte una mascarilla con la que evitarás que el polvo penetre en tus vías respiratorias.

Estos son los pasos que tienes que realizar

Ahora que ya dispones del material requerido, llega el momento de ponerte manos a la obra. Empieza por introducir la pieza que actúa a modo de adaptador, convirtiendo así la punta de la herramienta en una lija. Eso sí, para realizar esta acción es imprescindible que el taladro esté desenchufado o con el seguro puesto, ya que de esta manera evitarás posibles incidentes.

A continuación llega el momento clave: determinar qué papel va a ser empleado para el lijado. En caso de que vayas a trabajar con el hierro o con un material metálico, el mínimo en lo referente al grano se sitúa en los 220, mientras que el máximo ronda los cuatrocientos. Es decir, es bastante fino.

Por el contrario, si el elemento que va a ser lijado está hecho de madera, tendrás suficiente con un grano de nivel medio: 150 aproximadamente. En cualquiera de los dos casos, tendrás que hacer un corte que abarque la cantidad de papel de lija que creas que vas a necesitar para completar el proyecto que tienes en mente.

Seguidamente pon el papel para lijar en la punta del taladro que ya estará preparada con su respectivo adaptador. Antes de dar paso a la siguiente acción comprueba que su sujeción es óptima.

A partir de este momento será imprescindible que trabajes no solo con las gafas que hemos mencionado antes, sino también con la mascarilla. De no ser así podrías poner en riesgo tu salud.

Ahora sí: ya puedes enchufar el aparato. Cuando lo enciendas, cerciórate de mantenerlo en funcionamiento a una velocidad que no sea elevada, sino más bien lo contrario. Si te pasas, el material podría acabar sufriendo daños.

¿Ya estás seguro con las gafas y la mascarilla? Entonces toca lijar. Un error que cometen algunos donostiarras consiste en ejercer demasiada presión. No te excedas: un nivel medio-bajo es suficiente, sobre todo si haces un movimiento adecuado que ha de ser circular. Si prefieres moverlo de izquierda a derecha y viceversa también obtendrás un buen resultado.

A medida en que vayas lijando, probablemente aquel papel que habías colocado de manera tan plana deje de estar así, ya que empezará a presentar arrugas o dobleces. No dejes que esto suceda y vuelve a aplanarlo.

Dependiendo del acabado que desees conseguir, tardarás una mayor o menor cantidad de tiempo. Sea cual sea el período que necesites para completar el proceso, cuando llegues al final no solo apagues el taladro, sino que también conviene desenchufarlo por lo que hemos dicho antes: los incidentes con esta máquina son bastante habituales, así que mejor prevenir que curar.

Con el taladro apagado y debidamente desenchufado, podrás proceder a quitar el papel que has utilizado para lijar. Ten en cuenta que a lo largo del lijado se habrán generado muchas partículas en forma de polvo, por lo que es buena idea llevar a cabo un breve proceso de limpieza con tal de que esa superficie quede con un acabado suave e inmaculado.

Como has podido ver, no se necesitan grandes conocimientos para lijar con un taladro, independientemente de si lo haces con madera, metal o hierro. Sin embargo, sí se requiere concentración, un poco de mañana y paciencia para la obtención de un resultado que pueda considerarse excelente.


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