«El mero hecho de encajar un bidegorri, por muchos motivos, no es ni mucho menos suficiente», advierte la asociación ciclista Kalapie, que señala siete «errores» en el diseño del carril bici de la calle San Martín.
Segun Kalapie, «el bidegorri de San Martín puede ser apto para ciclistas experimentados, sin embargo, no lo es para ciclistas noveles de edades más tempranas o con ciertas inseguridades, lo cual impide que la red se extienda para este tipo de ciclistas. Este hecho es un retroceso principalmente para la infancia, el mejor momento para instaurar hábitos de vida saludables. Es por ello que, si se estrena un bidegorri que no va a ayudar a elevar el número de ciclistas en la ciudad, es un bidegorri que nace obsoleto».
1. «Estrecho».
Destaca la asociación que se tata de un bidegorri bidireccional que dispone de unos 2,15-2.20 metros útiles de ancho en todo su trazado cuando los manuales de movilidad recomiendan anchuras de carril bici de un mínimo de 3 metros útiles para bidireccionales con una separación de unos 40-50 cm. al tráfico motorizado.
«Los bidegorris estrechos son inseguros y no son cómodos para todo tipo de ciclistas. Recordemos la regla 8-80: una infraestructura ciclista es segura cuando puede ser usada con confianza tanto por personas de 8 años como de 80 años (más información en www.880cities.org)», incide Kalapie.
2. «Mínima separación con la calzada».
El departamento de Movilidad ha instalado una serie de protecciones (separadores viales y pivotes) para proteger a los ciclistas de los vehículos motorizados. Pero destaca Kalapie que la distancia de separación recomendada (unos 40-50 cm.) es mayor a la que dispone este bidegorri (20 cm).
«Esta mínima separación provoca una sensación de inseguridad al circular en paralelo junto a la calzada con vehículos motorizados que pasan muy cerca y a mayor velocidad que las personas ciclistas», dice Kalapie.
Por otro lado la asociación critica la «invasión por estacionamiento de vehículos motorizados». «Está claro que las medidas adoptadas no han dado su fruto para evitar que particulares, taxis y vehículos de reparto estacionen sobre la totalidad del bidegorri».
3. Bacheado.
«No se entiende que, como mínimo, no hayan parcheado/reasfaltado los agujeros del pavimento que existían desde antes de la creación del bidegorri», denuncia la asociación ciclista.
4. Bidegorri sobre zona peatonal.
«Algunas conexiones entre el nuevo bidegorri de San Martín y el de La Concha discurren sobre zona peatonal. Está claro que necesitamos conexiones entre ambas calles, pero nunca ocupando espacio peatonal», incide Kalapie, añadiendo que «este nuevo tramo será muy concurrido por peatones y ciclistas, sobre todo, en épocas estivales, lo que generará un conflicto ciclista-peatón. No se deben crear nuevos bidegorris a costa de espacio peatonal».
5. Semaforización y continuidad.
En opinión de la asociación se han colocado excesivos semáforos, muchos de ellos contiguos, y al no estar sincronizados para los ciclistas, les obligan a pararse en una o dos ocasiones en una distancia muy reducida. «Este diseño es ineficaz, ya que son requeridas continuas paradas y largas esperas en rojo que hacen que la movilidad ciclistas sea incómoda y poco fluida. En la calle San Martín ocurre en varias ocasiones: para cruzar de la Plaza Clara Campoamor a la calle San Martin y en dirección a la catedral, antes de cruzar la c/Easo y c/Urbieta»
6. Falta de señalética.
«Ya hemos comenzado a ver ciclistas desorientados. Cuando se viene del barrio del Antiguo, ciclistas que desconocen la red no saben que tienen que girar a la izquierda si quieren ir a la Parte Vieja y continúan por San Martín. Parecida situación pasa con el cruce Easo-San Martín, que los ciclistas no saben por dónde continuar si quieren ir hacia el centro o Gros cuando vienen de Amara por la calle Easo», añade Kalapie en su comunicado.
7. Color. Del rojo al negro.
La asociación también tiene en cuenta que los bidegorris negros, tal y como se pintan ahora, tienen dos problemas en su opinión: por un lado la visibilidad, que es menor. Y por otro lado que concentran mucho más el calor. «El Ayuntamiento firmó una declaración de Emergencia Climática el 20 de Marzo del 2019, y esta política de construir bidegorris en negro va en dirección opuesta a dicha declaración».
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