La salud mental se ha convertido en un negocio en Gipuzkoa. Así lo mantiene el informe elaborado por ELA y presentado hoy. «Osakidetza tiene conciertos con las empresas privadas Aita Menni, Hospital San Juan de Dios, Domusvi-Sanatorio Usurbil… Y Gipuzkoa es el único territorio que carece de hospitales públicos de salud mental de la CAPV para estancias de media y larga duración», expresa el sindicato.
ELA se detiene también en el presupuesto y denuncia que en la última década el presupuesto es cada vez más reducido. «Osakidetza ha reducido su inversión en este ámbito en un 10%, por lo que faltan profesionales e inversión. El servicio de salud mental de Gipuzkoa se compone del servicio de atención primaria que presta Osakidetza y de los hospitales de media y larga estancia que está privatizados. Esto explica que Gipuzkoa solo cuente con la mitad del presupuesto de Araba y el 15% del de Bizkaia».
En total, en la red de Salud Mental de la CAPV hay un presupuesto de 111 millones de euros y el territorio que menos presupuesta es Gipuzkoa, con 11 millones de euros. No hay hospitales públicos de Salud Mental y hay 166 empleados públicos.
En comparación con el resto de territorios, Bizkaia es el que tiene la mayor red pública con un presupuesto de 74 millones de euros, 3 hospitales públicos (342 camas) y un total de 952 trabajadores. La red alavesa está compuesta por una plantilla de 384 personas, un hospital público con 175 camas y un presupuesto de 26 millones de euros.
Todo ello ha supuesto siempre según el sindicato «un empeoramiento de las condiciones laborales, agravado aún más por la pandemia». «Las condiciones del personal del Aita Menni es un ejemplo de ello. Por ejemplo, entre las patologías de los pacientes ingresados del hospital de Arrasate, se encuentran principalmente las relacionadas con esquizofrenia, psicosis y consumos y adicciones. Pues bien, en este servicio tan básico, las condiciones laborales han empeorado en los últimos años, y aunque la plantilla vive hoy su 31ª jornada de huelga, la empresa no tiene ninguna voluntad de mejorar el convenio».
Según ha denunciado ELA en una unidad de larga estancia del hospital, un paciente comenzó a tirar sillas a las auxiliares de enfermería. En ese momento había tres trabajadores en la unidad y para hacer frente a esta situación se necesitó la presencia de 17 profesionales (los protocolos dicen que se necesitan al menos 5 personas para responder a estas situaciones).
«Los golpes y las agresiones físicas son muy frecuentes en estos centros. El personal pone en peligro su salud frecuentemente».
El informe sobre la situación en Salud Mental (2020) señala que se necesitarán más inversiones y dotaciones de recursos para atender todas las necesidades sanitarias futuras, lo que implica aumentar la ratio de profesionales especialistas en salud mental en las ramas de psiquiatría, psicología y enfermería si se quiere prestar un servicio digno.
La Organización Mundial de la Salud afirma que la salud mental será la primera enfermedad del mundo en 2030 y que sólo el 2% de los recursos se destinan a ésta.
A nivel estatal hay seis profesionales de psicología por cada 100.000 habitantes, tres menos que la media de la Unión Europea y sólo el 60% de los hospitales públicos tiene atención psicológica.
El año pasado los suicidios aumentaron un 27% y las consultas de salud mental un 13%. Sin embargo, denuncia ELA, en los últimos diez años el presupuesto destinado por Osakidetza a Salud Mental se ha reducido en un 10%.
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