Apenas quedan diez días para la representación en el Kursaal de la ópera Don Giovanni, una de las más grandes, que subirá al escenario de la mano de Opus Lirica los días 21, 22 y 23 de febrero (esta última fecha en una muy recomendable versión infantil). Ayer comenzaron los ensayos con todos los músicos ya reunidos y la Iglesia de Zorroaga irradiaba humor, buen ambiente y «pasión» como reconocían los propios intérpretes. «Este Don Giovanni no será un objeto de museo», expresó el director de escena Pablo Ramos. «Este Don Giovanni va a conmover».
El barítono uruguayo Marcelo Guzzo, uno de los más potentes de su generación según reconoce la crítica, conoció a Ainhoa Garmendia en la Ópera de Colombia y de la mano de esta soprano se ha sumado a la producción. Será la primera vez que Guzzo cante en España y las novedades terminan aquí, ya que en lo que se refiere al papel de Don Giovanni es un veterano. De hecho acaba de representarlo en la Ópera de Hong Kong. «En todo caso supone empezar de nuevo. Coger una página en blanco», comentó para DonostiTik.
Guzzo considera un desafío dejarse llevar por el director de escena, Pablo Ramos, y «tender puentes entre el texto y el nuevo sentido del personaje». Y es que tal y como insiste Ramos hay que promover un debate en torno a esta historia. «En el siglo XVIII Don Giovanni era un héroe y ahora es todo lo contrario. Es un maltratador, un asesino, no tiene escrúpulos. Y eso nos lleva al debate.: ¿cuántos Don Giovanni hay todavía?, ¿por qué actúan así?, ¿qué consecuencias tiene esa actuación y qué hacen todos los demás?«, se pregunta Ramos.
Guzzo, que cuando termine en Donostia tiene compromisos en escenarios de Estados Unidos y Latinoamérica, sigue a Ramos en ese afán.
«Normal que el ambiente sea bueno, es esencial porque nos encerramos aquí muchas horas y hay que hacer equipo», comentó Ainhoa Garmendia, al frente de Opus Lirica, y que será doña Anna en la obra. «Doña Anna es un personaje aristocrático, explicó el director de escena Pablo Ramos, «que descubre que hay un mundo horrible que no conocía y que no puede fiarse de nadie. Ni de ella misma».
Garmendia comentó para DonostiTik que se trata de una ópera muy compleja y que será la duodécima que Opus Lirica pone en escena desde que arrancó hace seis años. «Vamos a más, trabajamos para seguir por este camino», expresó la soprano, que en esta andadura al frente de la agrupación ha vivido de todo con el afán de que hacer ópera en Donostia sea una realidad incontestable.
En el ensayo de ayer estaba también Ander Murua, hijo del escultor zarauztarra Tomás Murua, que falleció hace tres años. Ander ha prestado seis obras de su padre para las representaciones y el director de escena Pablo Ramos tiene claro cómo utilizarlas. Las esculturas simbolizarán los logros de Don Giovanni, cada una de sus conquistas. Serán sus ‘muescas’, que quedarán simbolizadas según se retiran unos velos.
En lo que se refiere al escenario, habrá tres elementos clave: la pasarela, el laberinto y el espejo.
Nada queda al azar. Mucho se habló ayer, también, del vestuario. Del lado femenino de Don Giovanni reflejado en un pantalón de corte samurái, de que el personaje de Zerlina habrá que vestirla hippy porque está alejado de las convenciones sociales…
Corto en duración pero «muy interesante» es también el papel del coro Adao, cuyos integrantes se mostraban encantados de empezar a ensayar con el resto. «El coro, en esta ópera, es primero la alegría y la juventud. Luego, la muerte», comentaron antes de empezar. Al frente del mismo está Jagoba Fadrique.
Cuando se pasó de las palabras al canto, ayer, la música de Mozart tomó la Iglesia de Zorroaga. Apenas quedan diez días de ensayos pero este Don Giovanni hecho en Donostia está muy encaminado. Y promete conmover al público.
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