(EFE/Redacción). Opus Lírica llevará a escena este fin de semana al auditorio del centro Kursaal de San Sebastián «Pagliacci», ópera de Leoncavallo estrenada en 1892 pero que sigue interpelando al espectador sobre un drama aún de actualidad, el de la violencia de género.
Es la decimocuarta ópera que pone en marcha Opus Lírica en sus ocho temporadas en activo y la primera vez que todos los solistas debutan en sus respectivos roles, ha destacado la directora de la compañía vasca, Ainhoa Garmendia, que además de encargarse de la dirección artística de este montaje, interpreta a Nedda, la protagonista, que acaba asesinada por su marido.
La obra se representará el viernes 17 y el sábado 18, y tendrá en el papel de Canio, el marido celoso, a dos tenores, el primer día al húngaro Botond Odor, que reside en Euskadi, y el segundo al argentino Nacho Guzmán, afincado en Cataluña. El 19 se ofrecerá una versión para el público familiar que se reducirá de 90 a 60 minutos, y en la que participarán el bertsolari Andoni Egaña y el pianista Xabier Lizaso como moderadores.
La actuación
Los barítonos Pau Armengol (Silvio), Hao Wen (Tanio) y el tenor Aitor Garitano (Beppe) completan el plantel de solistas de esta ópera, en la que participan también el coro Promusika, la Coral Santa Cecilia y la escolanía de del Coro Easo, y cuya dirección escénica se ha encomendado a Carlos Crooke y Pablo Ramos.
Este último ha explicado en rueda de prensa que ellos abordan la ópera «como algo vivo» que debe «aprovechar los pulsos de la realidad para enriquecerse», que debe «hacer preguntas» y que tiene que poner al público en la situación de un espectador «activo y no pasivo».
«Pagliacci» se presta especialmente a ello al tratarse de una obra encuadrada en el verismo italiano, que Ramos y Crooke han sacado de «su zona de confort» para «mirar» la violencia contra las mujeres desde tres puntos de vista: el personaje que mata a su mujer y a su amante por celos, el Canio asesino y a la vez víctima de la educación que ha recibido y esa educación que exige a la mujer ser sumisa y al hombre ejercer el poder sobre ella.
El coro representará a «esa ideología caduca que es responsable de la existencia de muchos Canios» y la escolanía, que forman cantores de 7 a 12 años, «a esos niños que desde su inocencia rechazan la violencia y son la esperanza de cambio en la mentalidad machista».
«Esta obra nos cuestiona a todos. Cada vez que trabajamos con Opus Lírica, hacemos ópera con personalidad que cuestiona cosas», ha señalado Ramos, que ha desvelado que durante la representación los miembros del coro llevarán sujetas marionetas con unas gomas para instar al público a que tire de ellas en el caso de que esté de acuerdo con las teorías que ellos defienden.
Es de suponer que ningún espectador respalde las posturas machistas del coro, pero la pregunta sobre «el origen y el grado de corresponsabilidad que tenemos todos como sociedad» ya está hecha, y eso es lo que buscan con este nuevo montaje, ha manifestado Crooke.
Han diseñado una escenografía que lleva al meta teatro con cuatro escenarios, cada uno ellos metido dentro del otro como muñecas rusas.
«La estética diferencia claramente al coro, que ejerce su actitud social y egoísta, y a los payasos que están basados en la comedia del arte. Los personajes principales identifican sus rasgos psicológicos con su manera de vestir», ha destacado sobre la propuesta escénica, que se sirve de colores dispares y variopintos en unos casos y del blanco y negro en otros.
De la dirección musical se encarga Iker Sánchez. En el foso estarán la Orquesta Opus Lírica y en el piano se alternarán Borja Rubiños y Leo Moyano. Más sobre Pagliacci, aquí.
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