Txakoli, sidra, queso, anchoas… los productos más característicos del País Vasco han estado presentes en San Sebastián Gastronomika ordenados en torno al stand oficial que juntaba lo mejorcito de las tres provincias. Quienes han estado allí son buenos ‘termómetros’ para medir el éxito del encuentro, ya que en general son veteranos de congresos de este tipo. «El error es venir esperando encontrarte justo el comprador o el distribuidor que te conviene. Hay muchos curiosos en este tipo de sitios», comentaba hoy la dueña de una empresa de txakoli de Getaria.
Hay mucho de todo y lo corroboran las cifras: 12.900 visitantes, 1.524 congresistas, 37 nacionalidades, 215 ponentes, 420 periodistas, 70 chefs y 150 expositores de casi todo lo imaginable. Un maremágnum de situaciones y ofertas donde los productos luchan por no quedar en segunda línea respecto al plato fuerte del congreso, que son las ponencias de primeras figuras, muchas con restaurantes entre los 100 mejores del mundo. Ese año han arrasado los sudafricanos, los brasileños, los húngaros y los turcos,pero en el terreno nacional han circulado Joan Roca, Carme Ruscalleda, Paco Pérez, Mario Sandoval, Ángel León…
En el stand vasco el visitante habitual llega de Barcelona o de Madrid, aunque este año ha habido bastante movimiento levantino, lo que hace pensar en la apertura de nuevos mercados para productos consolidados, unos, y más novedosos en el exterior, otros, como el txakoli, «que se va conociendo».
Fuera de los productos vascos este año, en el congreso, el aceite ha sido el rey. Como producto invitado ha contado con espacio propio y ha protagonizado varias catas. El nivel, maravilloso. La oferta, la de un sector envidiable.
Con optimista espíritu comercial, «ha pasado lo peor de la crisis y esto va para arriba», cabe esperar que los lazos estrechados estos días fructifiquen a partir de ahora. «Los productos que viene a este congreso son tan potentes que no están aquí para que les vean, quieren concretar operaciones», comentaba la relaciones públicas de una marca de jamón ibérico, cuyo sabor ha acompañado estos días a todos los presentes en el Kursaal. Como los Ribera de Duero, que han amenizado las jornadas de trabajo, o los pescados convertidos en manjar.
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