«¿No hay pacientes tumorales en lista de espera en el Hospital Donostia? Si los hay, ¿cómo se entiende que haya este panorama en Onkologikoa?, se preguntan fuentes cercanas al centro, que aportan el siguiente parte de ingresos previstos para esta misma semana: hoy serían tres los ingresos, el martes ninguno, otros tres el miércoles e igual el jueves y el viernes. «Hay muchos huecos para las resonancias», denuncian las citadas fuentes, añadiendo que es importante que la población pendiente de este tipo de exploraciones «conozca la existencia de estos huecos y solicite que les manden a Onkologikoa».
No son las únicas cifras llamativas. En el parte de comidas del pasado 7 de julio solo figuran seis, por ejemplo. Seis comidas en todo el centro. Y las mismas fuentes aseguran que también se está frenando el envío de pacientes a Onkologikoa para hacerse mamografías. Y es que desde la primera denuncia del ex gerente Iñigo Jaca, que habló de un «desmantelamiento», las informaciones en torno a la «infrautilización» del centro se suceden.
El comité de empresa habló de «carencias y deficiencias sanitarias» y de otros ‘movimientos’ inesperados: “Dejar un hospital como Onkologikoa a la deriva es una grave irresponsabilidad, y el hecho contrastado de enviar a sus pacientes a otro centro asistencial concertado sin ninguna justificación adicional también“, señaló el comité, al que se le “disparan las alarmas” cuando, según denunció, la Policlínica de Gipuzkoa es la “receptora”, como centro concertado de Osakidetza, “de la deriva de pacientes oncológicos enviados desde el Hospital Universitario Donostia”.
Por su parte la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera denunció «la voluntad de privatizar Onkologikoa» y pedía la comparecencia de la consejera de Salud. «Las informaciones que hemos recibido por parte de los trabajadores son muy preocupantes. Es inadmisible el incumplimiento del convenio de vinculación del Departamento de Salud con Onkologikoa en consecuencia del decreto 217/2018. Es inadmisible la infrautilización del personal y de las infraestructuras del Oncológico; roza la negligencia; es tirar a la basura la inversión que se realiza a raíz del convenio de 23 millones anuales. Se incumplen los compromisos recogidos en el convenio de vinculación», dijo Ubera.
Cuestionado respecto a las últimas cifras dadas, el ex gerente Iñigo Jaca considera que una situación de «vacíos» como la de Onkologikoa no ser daría si las direcciones de Osakidetza permitieran, como hace el resto de los ciudadanos europeos, elegir libremente al medico, al especialista y el hospital. «Los ciudadanos hemos de ser libres a la hora de elegir en manos de quien ponemos nuestra salud», expreso Jaca.
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