(EFE). La diputada de Infraestructuras, Aintzane Oiarbide, ha asegurado que el túnel de Lisarri (Bergara, Gipuzkoa) es «totalmente seguro» y «no tiene ningún problema estructural» aunque ha reconocido que «ya daba señales» de que necesitaba reparaciones en el hormigón proyectado por lo que ya está redactado el proyecto para ejecutar las obras.
Los trabajos tendrán una duración aproximada de tres años, se llevarán a cabo en los dos tubos del túnel, por fases, y contarán con un presupuesto para 2023 de unos 4 millones de euros y un total de 15 millones de euros.
Oiarbide ha comparecido este jueves en la comisión de infraestructuras de Juntas Generales a petición del grupo Elkarrekin Gipuzkoa en relación al desprendimiento que tuvo lugar el pasado 10 de noviembre en este túnel en la AP-1 que provocó una colisión por alcance en su interior en la que resultaron heridas leves tres personas.
Hormigón proyectado
La diputada ha ofrecido la cronología de la actuación llevada a cabo desde el momento en que se produjo el incidente, a las 15.23 horas del 10 de noviembre, con «un desprendimiento en la clave del túnel» que provocó que se precipitara material sobre el carril en dirección Vitoria.
Según la secuencia explicada por la diputada, tres minutos después la circulación por el túnel quedó cortada y, tras una primera valoración de técnicos de Bidegi, la empresa ejecutora del túnel determinó que los fragmentos desprendidos eran hormigón proyectado con su mallazo (tela asfáltica), en el que se observó «una fuerte oxidación».
Tras los trabajos de emergencia, el 11 de noviembre se realizaron intervenciones de «saneo y estabilización» y se concluyó la proyección de hormigón mediante robot; el 12 de noviembre continuaron las intervenciones de bulones tras lo cual, el 13 a las 21.00 horas, se reabrió el trafico en Lesarri, sentido Vitoria.
Ha explicado que cada túnel, por mandato de una directiva europea, tiene un responsable de seguridad, que en este caso es la UTE RS2022, que debe alertar de situaciones de peligro y proponer el cierre de la infraestructura si es necesario.
«Pero en este caso no había ninguna señal de que había un tema grave como para cerrar al trafico», ha señalado Oiarbide sobre Lesarri, una infraestructura que ha tenido otras incidencias en el pasado por desprendimientos en los astiales (en los laterales) pero no en la clave.
Revisiones
La diputada ha remarcado que el mantenimiento de los túneles es correcto y ha afeado a Elkarrekin que en los presupuestos forales de 2020 y 2021 haya introducido enmiendas destinadas a reducir las partidas de Bidegi destinadas a este área.
Ha incidido en que Bidegi lleva a cabo revisiones cada cuatro años de todos los túneles de la red viaria mediante catas para controlar la estructura, pero es «imposible inspeccionar palmo a palmo» todos los túneles.
«No es habitual lo que ha pasado, pero en algún momento puede ocurrir el desprendimiento de la tela asfáltica» que sujeta la gunita como ha ocurrido en Lesarri, pero «es imposible medir cada palmo porque habría que cerrar los túneles y no se podría gestionar el tráfico», ha advertido.
«En este caso está claro que la malla asfáltica estaba oxidada y por eso no aguantó y además en ese punto el espesor de la gunita era mayor», ha señalado Oiarbide.
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