El Gobierno Vasco, a través de Gogora, y el Ayuntamiento de Donostia, colocarán una placa con los nombres de los 17 gudaris y milicianos que están enterrados en la tumba franquista de Polloe donde hay en total restos de unas 200 personas. Y hay otras acciones previstas.
El objetivo, según explicó ayer la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, es dignificar la memoria de los combatientes republicano inhumados allí y dar un nuevo significado a este espacio: “Honraremos su memoria. Gogora colocará una placa con los nombres de los 17 republicanos que fueron inhumados aquí, les rendiremos el homenaje y la despedida que no tuvieron hace 86 años”.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, tal y como informó su alcalde, Eneko Goia, también colocará una escultura en memoria de las víctimas. Según señaló Goia, Donostia quiere ir recuperando espacios de memoria en la ciudad, y en esta línea cobra todo su sentido el mausoleo de Polloe.
Goia añadió que el mausoleo “recordará a las víctimas cuyos restos yacen aquí, y servirá para que hagamos un ejercicio de memoria permanente del pasado de nuestra ciudad y de nuestro pueblo, en el que las libertades colectivas e individuales fueron laminadas por el fascismo”.
Gobierno Vasco y Ayuntamiento tomaron esta decisión después de acordarla con las propias familias de las víctimas en una reunión que tuvo lugar a finales de julio, tras informarles de la investigación histórica y la prospección del estado de los restos realizada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Lourdes Herrasti, antropóloga de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y responsable de este proyecto, explicó que la práctica totalidad del suelo del mausoleo se encuentra ocupada por restos óseos y se pueden observar diferentes formas de inhumación, fruto de las diferentes fases en las que tuvieron lugar los traslados de restos al lugar.
La Sociedad de Ciencias Aranzadi ha documentado que los restos de los siguientes 17 combatientes republicanos fueron inhumados en el mausoleo construido en 1939. Todos ellos murieron entre el 22 y el 25 de julio de 1936, en los combates que precedieron a la ocupación militar de la capital donostiarra por parte de los sublevados.
Al acto del martes junto al mausoleo acudieron algunos familiares de las víctimas.
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