La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Donostia ha aprobado el proyecto de ejecución final correspondiente a la integración urbana en la travesía de Loiola. El alcalde, Eneko Goia, ha explicado que este plan «reduce el número de carriles para la circulación a tres»: dos en dirección Riberas de Loiola, y uno en dirección a Txomin Enea.
El nuevo boulevard finalizará en la rotonda de reciente construcción (2018) situada junto al puente Urdinzu. El proyecto tiene un presupuesto de 6,8 millones de euros, y se prevé que las obras puedan arrancar en el segundo semestre de este 2019.
La reducción de la superficie destinada al tráfico rodado permitirá, como consecuencia, más espacio para los peatones. De este modo, según el comunicado del Ayuntamiento, el nuevo proyecto contempla «un gran eje urbano verde que acompañará a toda la travesía, generando un amplias superficies llanas de estancia. Incluirán zonas ajardinadas, y destaca la gran plaza ya construida junto a la estación, que posibilitará realizar todo tipo de actividades al aire libre como ferias, mercadillos, juegos o conciertos».
Asimismo, la travesía contará con un bidegorri que discurrirá pos su lado oeste. Este nuevo carril bici, prosigue el Consistorio, realizará un trazado recto y directo que enlazará con la acera de coexistencia existente entre el puente de Urdinzu y Txomin. El mismo lado oeste de la travesía acogerá, también un nuevo ascensor que dará acceso al vial Alto de los Robles.
Por otro lado, el proyecto contempla 86 plazas de aparcamiento en superficie. De ellas, 50 estarán situadas entre la rotonda de Riberas y la estación de EuskoTren. Entre la estación y la rotonda, en el nuevo vial de Jauregiberri, quedarán las 36 plazas restantes. Además, se prevé la posibilidad de ubicar otras 37 plazas de aparcamiento en línea para estacionar por la noche: estarían junto al vial de coexistencia de acceso a garajes y tráficos de carga y descarga.
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