En unas citas ineludibles de la Aste Nagusia donostiarra se han convertido los encuentros nocturnos en el Quiosco del Boulevard al terminar los fuegos artificiales. Hoy será el turno de New Straits con sus versiones del ya mítico grupo de Mark Knopfler y mañana sábado cerrarán las fiestas allí Andropause Band, aunque ya no habrá concierto nocturno.
El jueves por la noche fue el turno de Malevaje, que logró una vez más que Donostia tuviera un aire argentino y los amigos del tango pudieran demostrar cómo se baila (los que saben hacerlo). Los que no saben disfrutaron igualmente de un concierto para fans del género, que obviamente eran mayoría en el Boulevard. Incluso alguno presumía de cartel recordando que el tango es Patrimonio de la Humanidad desde 2009.
No pudo empezar mejor el encuentro que con ‘Afiches’. Malevaje se lleva muy bien con los clásicos y volvió a demostrarlo incluyendo también temas propios y haciendo versiones más modernas. Pero los grandes tangos tuvieron su espacio.
«Cantaremos las que nos pidan siempre que estén en la lista», bromeó Antonio Bartrina, conectado desde el inicio con un público que ya sabía de antemano qué quería escuchar. «¡Por una cabeza!, ¡Por una cabeza!», insistía un señor.
Malevaje nació en los 80 y se mantienen al pie del cañón Bartrina y los dos Fernandos, Giardini y Gilabert. Una quincena de trabajos avala su trayectoria, incluido ‘Envido’, grabado en 1990 precisamente en el Teatro Principal de San Sebastián.
El jueves, en fin, el grupo madrileño se reencontró con su público donostiarra/argentino y muy especialmente con Ágata, la asociación de aficionados al tango. La lluvia anunciada perdonó la actuación para redondear el encuentro.
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