(EFE). Noa ha colaborado en su extensa carrera con decenas de reconocidos nombres de todo el mundo, pero la cantante israelí es «muy exigente» y ha dicho «no» muchas veces. Asegura que elige «con gran cuidado» a aquellos músicos con los que va a compartir escenario. «Es como irse a la cama con alguien. Tiene que ser alguien con las cualidades y las características que te hagan predecir que esa relación de esa noche tiene visos de salir bien», dijo ayer a los periodistas en San Sebastián, donde formó parte del Festival de Jazz.
Joan Manuel Serrat y Pasión Vega se encuentran entre quienes han cantado con ella, al igual que Steve Wonder y Sting. La cantante admite que no siempre han funcionado esas alianzas ocasionales, pero que cuando se ha lanzado a hacerlas «es genial» y se siente «renovada, regenerada».
Ayer destacó que el «nivel de compenetración» que ha alcanzado con Gil Dor, su compañero artístico desde hace tres décadas, es lo que les permite «dar entrada a los colaboradores». El guitarrista apostilló que se trata de trabajar con otros «para hacer surgir cierta esencia, para hacer algo que sea verdadero para el público».
El pianista donostiarra Iñaki Salvador subió con ellos al escenario de la plaza de la Trinidad.
Con Iñaki Salvador, el músico que más veces ha actuado en el Jazzaldia, la cantante israelí intercambió antes del concierto numerosos piropos. El pianista, que era la segunda vez que tocaba con ellos, aseguró que los ensayo en el teatro Victoria Eugenia fueron «una verdadera masterclass».
En la sesión de «la Trini» sonó música de Bach, que formó parte del penúltimo álbum de Noa, y por supuesto de su último trabajo, «Afterallogy», compuesta por una docena de clásicos del jazz, entre ellos «My Funny Valentine», una de las «más hermosas del género» que para la cantante tiene «un mensaje muy pertinente en el siglo XXI», puesto que habla de «ser aceptados por lo que somos».
«La canción viene a decir que quiero a alguien no porque sea perfecto, no porque sea la reina del botox, sino que tenemos que aceptarnos y querernos cada uno de nosotros con nuestras propias imperfecciones, simplemente como seres humanos», ha afirmado.
Noa dice que para la elección de esos doce temas entre los estándares del jazz se dejaron llevar «por la intuición». «El enfoque no es qué puedo yo ganar, sino en qué puedo yo contribuir a esta canción, ésa es mi actitud», explicó.
«Necesito encontrar una justificación, saber qué voy a ser capaz de añadir algo a ese tema. No se trata de mostrar lo bien que canto, quiero encontrar un resquicio que a mí me permita añadir algo a esa creación», ha precisado.
Esta 56 edición del Festival de San Sebastián, aún marcada por las restricciones de la pandemia, pero con mayor presencia de nombres internacionales, se clausura hoy.
Silvia Pérez Cruz en el auditorio del Kursaal, y Brad Mehldau y el trío de Bill Frisell en la Trinidad serán algunos de los atractivos de esta última jornada.
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