La Asociación Vecinal de Amara Berri ha advertido al Ayuntamiento de Donostia de que no quiere un bosquecito en la plaza de Irun. «Esta sería ya la segunda vez. No hace demasiado tiempo nos plantaron 105 arboles en el parque Amaiur (que cuando crezcan será el bosque Amaiur), también sin comunicarlo al vecindario y a la asociación».
En un comunicado la entidad se dirige a la «Sra. concejala de Ecología» y critica que «han hecho oídos sordos a lo que desde la asociación vecinal se expuso con ocasión de la revisión PGOU. «Con una visión más global respecto a toda la zona, desde Gregorio Ordoñez a Felipe IV, lo que queremos es que se repare la escultura, se limpie el estanque, se arreglen la fuente y su iluminación, y que se ponga una flora que no parezca un bosque».
«Y para que no haya dudas, no estamos en contra de los arboles», añaden los vecinos, que piden ser informados.
Lo anunciado
Fuentes municipales explicaron el pasado día 30 de octubre que en la plaza de Irun se va a desarrollar un pequeño bosquete urbano con árboles, plantas vivaces y arbustos que van a conferir una nueva y vegetal imagen a la rotonda, actualmente ocupada por diferentes macizos de flores de temporada y pequeños setos que dibujan líneas irregulares a lo largo de la pradera de césped.
La concejala de Ecología, Marisol Garmendia, destacó que “se pretende, además, poner en valor el conjunto escultórico que preside la rotonda, que recuerda los sucesos trágicos del 31 de agosto de 1813 y que es obra de Aitor Mendizabal”.
Por una parte se plantarán gramíneas de punta roja (imperata cilíndrica) sobre un acolchado de carbón, haciendo referencia al fuego que asoló San Sebastián. También se van a plantar arbustos caducos de floración invernal amarilla y troncos rojizos (cornus alba), rememorando el fuego de aquellas fechas.
«Las floraciones de primavera rememorarán la decisión de los supervivientes de reconstruir la ciudad casi desde cero. Además se van a plantar 16 cipreses en memoria de las víctimas del asedio”, señaló Garmendia.
Es una actuación que tiene un coste de 47.000 euros, que incluyen también la renovación del sistema de riego automático de la rotonda.
La empresa que ha diseñado el proyecto es K1 Ekopaisaia y la actuación se desarrollará en un plazo estimado de mes y medio, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.
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