Seguro que muchos, la mayoría, no sintieron nada al escuchar que un japonés de nombre Osamu Tamita acudía al Festival de San Sebastián a cocinar ramen. ¿Ramen?, eso suena un poco más, sí, a sopa con fideos. A otros, en cambio, se les paró el corazón. Es el caso del bloguero de Wikicocina Alberto Rincón, que vio que en una tarde podía disfrutar de sus dos pasiones, la gastronomía y el cine, por este orden, gracias al Zinemaldia. ¿Cómo?, conociendo al cocinero más popular de Tokio, que tiene legiones de fans, y disfrutando del plato de moda, el ramen, que en sus manos ha alcanzado la excelencia. «Como apasionado de la cocina japonesa no me podía perder esta cena. Qué más se puede pedir».
No era la primera vez que el bloguero intentaba conseguir entradas para Zinema Culinary, esa sección del Zinemaldia de la que disfrutan unos pocos elegidos y que consiste en ver las mejores películas sobre gastronomía que se han hecho durante el año y gozar de una cena relacionada. En este caso la película era ‘Ramen heads’, el documental sobre el cocinero Osamu Tomita, un seguimiento durante quince meses de este y otros maestros del ramen donde queda muy claro hasta qué punto hay que ser obsesivo para alcanzar la excelencia.
En esta ocasión Alberto Rincón sí consiguió las entradas (el propio director del festival, José Luis Rebordinos, reconoció días antes que era la guerra hacerse con ellas), y se dispuso a disfrutar de una de las cenas de su vida.
«La experiencia ha sido más que recomendable. Primero porque es muy bueno el ambiente entre los comensales, todos amantes de la buena comida, con los que entablas conversaciones muy interesantes sobre los platos. Y luego por la gastronomía, evidentemente. A veces son las pequeñas cosas las que te parecen más sublimes: unos aperitivos de bambú como nunca los había comido o un huevo marinado en algún mejunje desconocido y en su punto justo de cocción».
Aunque obviamente fue el ramen lo que llevó al séptimo cielo a los paladares que se dieron cita ayer en el Basque Culinary Center. El ramen llegó después del arroz con sashimi de bonito. «Ha estado muy bien porque he podido probar tres tipos diferentes de ramen con sus caldos y fideos. Desde sabores suaves, ligeros y gelatinosos con pescados al famoso ramen de Osamu Tomita, el que sirve en su restaurante, con un caldo espeso de carnes que se concentra durante varios días y que está acompañado de unos noodles amasados a mano, gordos pero ligeros a su vez y con una tajada de cerdo asado. Con este ramen llegué a subir al nirvana de los fans del ramen. No pude dejar ni una gota, como era de esperar».
El postre consistió en una panacota al estilo japones y un segundo postre de cítricos, chocolate blanco y yogur. Ya no se podía pedir más. Tras la comida el chef protagonista y sus ayudantes salieron a presentarse para recibir el aplauso de los comensales.
Tantos seguidores tendrá Osamu Tomita como cualquiera de los grandes actores que circulan estos días por Donostia. Sin duda. En su minúsculo restaurante hay colas todos los días y durante cuatro años ha recibido el galardón al mejor ramen de Japón. Algunos pocos tuvieron la oportunidad, ayer mismo, de disfrutar de su arte. Una experiencia para recordar.
«No pude dejar ni una gota»
Seguro que muchos, la mayoría, no sintieron nada al escuchar que un japonés de nombre Osamu Tamita acudía al Festival
Foto: Alberto Rincón
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