Museum Cemento Rezola y Heidelberg Materials han inaugurado este jueves la exposición temporal «Cuando Hollywood llega a Añorga», que ha convertido el espacio expositivo en una sala de proyecciones en la que se muestra la importancia del cine para el barrio y su entorno a través de tres proyectores y escenarios que han protagonizado su vida social desde hace un siglo.
La muestra, que permanecerá abierta al público hasta el 28 de diciembre de este año, acerca al visitante al cine, una de las actividades con mayor tradición y éxito en Añorga, de gran trascendencia en la vida social y cultural del barrio y de su entorno.
El acto de inauguración ha contado con la presencia de José María Echarri, presidente de honor y portavoz de Heidelberg Materials, y Rafael Pascual, director de Heidelberg Materials-Añorga y Museum Cemento Rezola.+
Los antiguos proyectores de cine son las piezas protagonistas que relatan la fascinante historia de la llegada del cine al barrio hasta convertirse en una de las principales actividades de ocio.
A través de tres proyectores y tres escenarios se transita por la historia del cine en Añorga ante inolvidables películas de aventuras, de suspense, de «indios y vaqueros», románticas, de «culto», obras de los mejores directores de cine e interpretadas por los más exitosos actores y actrices del momento.
Historia
El Club Deportivo Añorga es el primer escenario en el que se proyectaron películas. En 1924, Cementos Rezola y el club, con la aportación económica de algunos socios, compraron el primer proyector cinematográfico a manivela que costó 1.600 pesetas y que se puede ver en la exposición. Este primer proyector para películas de 9,5 mm de cine mudo, de la marca Pathe Baby, proyectó la primera obra cinematográfica en el barrio, «La portera de la fábrica», película muda francesa de la Casa Gaumont.
En 1931 se constituyó la sociedad Jolas Etxea con un salón de cine-teatro que hizo que las proyecciones ganaran en calidad. El anterior aparato se había quedado viejo y los deseos de disfrutar de cine sonoro eran cada vez mayores.
Julián Rezola, director de la fábrica, compró en 1942 un proyector Zeiis Ikon, marca Ernon II, que se estrena con la proyección el 31 de julio de 1942 de «Soldado profesional», primera película sonora que se pudo ver en el barrio.
Algunos años más tarde se compró el proyector móvil Bell and Howell para películas de 16mm. Ambos proyectores pueden verse también en la exposición.
El cine se consolidó en Añorga y entre las personas del entorno lo que hizo aconsejable una nueva ubicación. El nuevo «Salón Añorga», conocido como el Cine, dio inicio a una nueva etapa. A los grandes estrenos de Hollywood se sumó la llegada del cinemascope en 1959, lo que duplicó la afluencia de espectadores.
Testimonios y anécdotas
Además de los proyectores, la exposición muestra programas de mano de las películas que marcaron un hito en esta fascinante historia del cine en el barrio, diferentes testimonios que relatan el gran acontecimiento que fue la llegada del cine a Añorga con inolvidables anécdotas sobre las primeras sesiones, sobre los besos en la oscuridad y las tijeras de la censura, etc.
Caricaturas de los proyectistas e imágenes de muchas de las películas que hicieron a muchos y a muchas soñar en blanco y negro y en color completan la muestra «Cuando Hollywood llega a Añorga».
Con este tipo de exposiciones de pequeño formato, Museum Cemento Rezola presenta y pone en valor su archivo, creando narraciones en torno a sus piezas y enmarcando la importancia de la difusión del patrimonio para vivirlo, entenderlo y cuidarlo.
La exposición, promovida por Museum Cemento Rezola e Heidelberg Materials, ha sido patrocinada por la Diputación Foral de Gipuzkoa con la colaboración de Gorga-Añorgako Historia Mintegia y Artium-Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz.
Museum Cemento Rezola (Añorga Hiribidea, 36. Donostia/San Sebastián) programará coincidiendo con esta exposición diferentes actividades que se podrán consultar en su web y redes sociales.
Sobre el museo
El Museum se emplaza en un lugar muy especial y en un edificio singular, la antigua escuela que la fábrica de Cementos Rezola construyó en 1948 para los hijos de los empleados. En 1997, tras quedar la escuela en desuso, la fábrica encargó al Estudio Peña Ganchegui su remodelación para adecuarlo a su nueva función como museo. Un nuevo uso, pero la misma misión: divulgar el conocimiento y la cultura entre la gente del entorno.
Deja un comentario