Literaktum ha contado hoy con un grande de las letras españolas, Antonio Muñoz Molina, que en un ambiente más solemne que el acostumbrado para este festival ha congregado en el Teatro Principal de Donostia (que se ha llenado) a muchos de los lectores que estos días apuran con placer las citas literarias que se suceden. Con el escritor ha hablado la filóloga Ana Merino y el encuentro, de hora y media, ha transcurrido como le gusta a él que se lean las novelas: «con fluidez». Y con muy buenos momentos.
Muñoz Molina (Úbeda, 1956) ha hablado de su último libro, ‘No te veré morir’; de su vinculación con Donostia (aquí hizo la mili y posteriormente la ciudad fue marco para sus novelas ‘El invierno en Lisboa’ y ‘Ardor guerrero’, donde precisamente contaba su experiencia como soldado). También ha charlado sobre literatura, obviamente, y sobre la necesidad imperiosa de tener una buena frase para iniciar sus novelas. Incluso, a veces, tiene solo la frase y de ahí nace toda la historia que termina contando.
Muy enmarcada en el tema de este año en Literaktum, que es el amor, ‘No te veré morir’ narra el reencuentro de una pareja 50 años después.
El poema y el título como un regalo
El público ha escuchado la grabación del poema de Idea Vilariño ‘Ya no’, cuyo último verso le dio al autor el título de su novela. «Vilariño es de las mayores poetas en lengua española del siglo XX, y este poema está dedicado al que fue su gran amor, el novelista Juan Carlos Onetti. Cuando yo leía ese poema y llegaba al último verso, no te veré morir, me producía un efecto muy fuerte porque es una despedida antes de la despedida», ha explicado Muñoz Molina.
«Tenía empezada esta historia, pero estaba en ese momento en que no sabía si era una novela, un cuento.. y me acordé de ese verso y me vino como un regalo el título. Porque sin tener la novela escrita, estaba ya contenida en el título».
Pero no queda ahí la vinculación entre ‘No te veré morir’, su último trabajo, y la historia de Idea Vilariño (Montevideo, 1920-2009) y Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909-1994). Muñoz Molina conoció a Vilariño después de la muerte de Onetti, en Montevideo, y la mirada de esta mujer ya mayor y enferma le dio le mirada de la protagonista de su libro. «Era una mirada joven en un cuerpo mayor y enfermo. Una belleza inquietante».
Antes de eso Idea Vilariño había acudido a visitar al escritor uruguayo cuando ya estaba postrado en cama y se moría. «Me pregunté qué se dice una pareja cuando ya no hay nada que ganar ni perder«, ha narrado Muñoz Molina.
En esta novela los amantes han estado juntos muy poco tiempo. «Realmente es una historia de supervivencia, de la ensoñación del amor. Me llama la atención imaginar qué es pasar medio siglo sin ver a una persona y que ésta siga estando presente. Y esa recurrencia de la persona amada en los sueños que ya se ve en las primeras líneas del libro».
Sin artificio
«Cada vez me gustan más las novelas. Una gran novela enseña tanto, tiene tanta verdad…», ha dicho el escritor tras referirse a Virginia Wolf, cuyas historias está releyendo, y que cambia de narrador conforme transcurren sus páginas para dar a conocer distintos puntos de vista. Algo que también ocurre en la novela presentada hoy. «La realidad es más poliédrica de lo que pensamos«.
«De una obra me seduce sentir que estoy ingresando a una atmósfera, que soy llevado. Con esa fluidez que imita la naturaleza. Yo no quiero hacer una expresión de virtuosismo, sino expresarme con claridad. Mi sueño es que parezca que el libro se ha escrito solo«, ha dicho el autor, ilustrando que «cuando ves una buena película no piensas dónde está puesta la cámara. Mejor sin artificio, natural».
Preguntado sobre su papel en la literatura, Muñoz Molina ha mentado a otro escritor, Joseph Roth (Ucrania, 1894-1939), que decía que quería pintar el retrato de su tiempo. Y ha considerado que comparte con él ese afán. «Cuando yo escribí ‘Ardor guerrero’ quería pintar cómo era ese momento aquí en esta ciudad. Salir por la calle, estar en un cuartel, sentir el miedo del terrorismo. El historiador llega después, pero estar ahí y verlo es incomparable», ha añadido, para zanjar que se considera un escritor «realista».
Muy premiado por su obra (el Premio Nacional de Narrativa en dos ocasiones, el Planeta, el Premio Príncipe de Asturias…) el escritor ha opinado que los galardones son importantes «cuando ayudan». «Pueden tener una utilidad práctica concreta en un momento dado, pero es algo accidental. No te lo dan y no pasa nada».
Igualmente no ha tenido reparos en hablar de sus novelas «fallidas», como una sobre Manuel de Falla que tiene en el tintero porque, además de la admiración que siente hacia el personaje, le apasiona la época en que transcurrieron sus vivencias. Sin embargo, ese proyecto no prospera y ha terminado incluyendo la figura de Falla en este libro. «Quizá algún día me venga una gran primera frase y salga el resto», ha parodiado Muñoz Molina.
Este jueves continuará Literaktum con su programa. La escritora Marta Jiménez estará en San Telmo Museoa con su obra ‘No todo el mundo’, y Blanca Llum Vidal y Castillo Suarez hablarán sobre poesía en Okendo Kultur Etxea. Página web de Literaktum, aquí. Literaktum en DonostiTik, aquí.
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