Una tienda de ropa vintage o de segunda mano es visto por muchos como una manera de atraer a clientes de gustos alternativos a decenas de kilómetros a la redonda. El tipo de gente que se opone a la uniformidad de la industria de la moda y que revuelve entre prendas usadas en busca de una ganga o de una pieza insólita en una década pasada del siglo XX. Mónica Sáez (Donostia, 1971) cumplía con el perfil, pero a su regresó tras pasar unos 20 años fuera de su ciudad natal se encontró con un serio problema: no encontraba ropa que no fuera del universo Zara y similares.
“Me quería cortar las venas. ¿Dónde compro aquí la ropa que me gusta? No habíamos evolucionado mucho”, recuerda Mónica. Entonces, esta mujer apasionada y enérgica empezó a madurar la idea de poner en marcha su propio negocio de prendas vintage y tras ahorrar el suficiente dinero -“no quería ‘empufarme’ con ninguna rata de banco”- abrió la tienda de ropa, accesorios y moda sostenible Be Different, con una clara debilidad por la cultura y estética de los años 70, guiños psicodélicos y música rock.
Más de cuatro años después, la tienda física de la calle Zabaleta 59 echará el cierre a finales de septiembre. No es un adiós definitivo: sus prendas y complementos seguirán disponibles a través de una página web, donde Be Different continuará con su aventura online. La marca, consolidada y apreciada por el sector de la segunda mano, proseguirá con su aventura en solitario en mercadillos, espacios underground y eventos de todo tipo en Gipuzkoa y alrededores. ¿Cuál es la razón del cambio? ¿Por qué cree que la tienda no ha logrado cumplir con las expectativas?
Varios factores han llevado a este cambio de ciclo. En primer lugar, Mónica crítica las “trabas” administrativas que se le ponen al comercio en San Sebastián. “No te lo dejan nada fácil. Mantener un local abierto es la leche de caro en Donostia: el precio de alquiler, los impuestos, el TicketBAI…”. No se muerde la lengua a la hora de criticar el controvertido programa de facturación puesto en marcha por las diputaciones forales y el Gobierno vasco: “Es un invento para tenernos controlados a las mismas bobas y bobos de siempre. Además, es un desembolso que tenemos que hacer los comerciantes”, asegura Mónica en relación al software que debe adquirirse en el mercado para cumplir con los requisitos del TicketBAI.
El segundo factor del cambio viene por la propia inercia burguesa de la ciudad. “Donostia es un poco clasista. Mucha gente cree que la ropa de segunda mano está manchada o tirada en el suelo, y asocian lo vintage a lo cutre cuando hay joyas maravillosas. He visto vestidos de Ives and Laurent que cuestan 2.000 euros”, asegura.
Sobre las supuestas opiniones preconcebidas de los donostiarras tiene un discurso bien armado: “Donostia tiene todavía demasiados prejuicios. Y los prejuicios te ponen limitaciones. Con este panorama, falta mucho para que haya pasión con la ropa vintage en esta ciudad”. Durante los primeros dos años de funcionamiento, su labor fue básicamente pedagógica y se dedicó a explicar a los clientes que entraban a la tienda en qué consistía el mundo de la segunda mano. “Es como un valioso cofre en el que no sabes con lo que te vas a encontrar en su interior”, explica.
Este tipo de prendas tienen sus propios códigos. Es ropa que ha envejecido dignamente y que está adscrita a una década pretérita que “los muy puristas” cifran en al menos 20 años de antigüedad. Puestos a pedir, lo ideal es que esté hecho a mano, lo que convertiría a esa pieza concreta en un objeto único. “Eso ya es la leche”, sentencia. “Para mí tiene mucho más valor que una prenda nueva”.
Con la desaparición de este espacio físico Donostia pierde a uno de los pocos, si no el único, referente de ropa vintage de la ciudad. “Es un mercado inexistente, al menos por lo que yo entiendo por ropa vintage. No existe. Si hubiera alguna tienda de ‘real vintage’ yo misma compraría ropa”. Mónica apunta a Hondarribia como el “único” reducto de lo que ella entiende como “auténtico”: la tienda Viv Vintage ubicada en un espectacular bajo de la plaza Gipuzkoa de Hondarribia.
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