La décima edición del Festival Olatu Talka ha sido la última según anunciaron ayer los organizadores. Con una participación de miles de personas en 200 actividades se despide un festival que ha movilizado durante todos estos años a la ciudadanía. Cabe recordar que el festival Olatu Talka inició su andadura en el año 2010 acompañando al proyecto de Donostia 2016 desde su fase de candidatura a la Capitalidad Cultural Europea.
El director del festival Jon Aizpurua subrayó ayer que es la última edición del festival cultural tal como lo conocemos. Toca ahora reflexionar tanto al nuevo equipo de Gobierno que se forme en el Ayuntamiento como al equipo técnico que hay en Donostia Kultura. Aizpurua agradeció a todos los agentes el trabajo realizado en estos años. En palabras de Jon Aizpurua Olatu Talka ha demostrado la necesidad de un espacio en el que la ciudadanía pueda mostrar la cultura de base.
En el bosque de Miramón se celebró Basoka. Allí pudo disfrutar de los conciertos de Jon Busselo, Ane Leux, Luke Armstrong e Iker Lauroba. Un cita folk que no se quisieron perder unas 300 personas y que rememoró de alguna manera aquella primera edición del año 2015.
En el parque de Ametzagaina muchas familias disfrutaron de un día de lo más animado gracias a las actividades, conciertos y juegos que se desarrollaron dentro de la iniciativa Jolas Kraterra.
En los escenarios de Alderdi Eder y Boulevard también hubo un numeroso público. En Alderdi Eder se disfrutó con los chavales de Izarrak Plazara. Organizada por los departamentos de Juventud, Euskera, Bagera y Donostia Kultura. Unas 400 personasfueron testigos del talento musical y de las dotes de baile de los protagonistas, todos ellos finalistas del casting realizado en mayo.
Los ritmos de la samba inundaron la Concha a partir de las 13. La música, el baile y el color se adueñaron del paseo. El desfile se abrió paso a golpe de buen ritmo y bajo el sol hacia el Boulevard.
En Alderdi Eder y Gros no faltaron las actuaciones musicales pero la principal fue la desarrollada en el escenario situado en la rampa Kaiarriba del puerto. Más de cien voces cantaron al mar bajo la atenta mirada de centenares de personas. El repertorio ofrecido por Easo Gaztetxo abesbatza, Ibaiertz, La Escolanía Salve de Laredo acompañados por los bailes del grupo Gero Axular dantza taldea emocionó al público.
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