Siempre ha habido lo que se ha llamado “niños movidos”. Los padres observamos, a menudo, con inquietud determinadas conductas de los menores y nos preguntamos si nuestro niño no será “hiperactivo”. Este término es usado de manera coloquial con ligereza, ya que los niños que son hiperactivos han de cumplir una serie de criterios diagnósticos al tratarse el TDA/H de un trastorno del neurodesarrollo recogido en la práctica clínica y en el DMS V.
En este artículo desde el gabinete psicotécnico ABAtxiki, con sede en San Sebastián, explicaremos las principales características para como padres podáis hacer una primera valoración. No obstante, en ningún caso deberá sustituir a la valoración y diagnóstico del personal sanitario competente (pediatra, psicóloga clínica, etc). Se trata de ofrecer a los padres una herramienta básica de detección precoz.
Las causas de un trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad, son diversas y comprenden desde factores. genéticos a factores externos o medioambientales
Características típicas del déficit de atención en niños:
• El niño no se concentra en los detalles y, a menudo, hace fallos en los deberes motivados por la falta de concentración.
• Durante el juego o la realización de deberes, el niño muestras problemas para permanecer concentrado.
• Cuando se le habla directamente parece estar ausente. Las instrucciones no son seguidas por completo y las tareas a menudo no se finalizan porque otras distracciones llaman su atención.
• A menudo tiene dificultades para organizarse en la realización de tareas sencillas.
• Evita tareas largas que requieran esfuerzo, como por ejemplo tareas de clase complejas.
• A menudo pierde el material escolar u otros objetos necesarios para sus tareas. También puede olvidar actividades cotidianas.
Características típicas de la hiperactividad-impulsividad en el niño:
• El niño mece los pies o los brazos constantemente, se arrastra por el suelo, balancea la silla o se levanta en situaciones donde debería estar sentado como durante la clase.
• El niño corretea alrededor y no consigue estar tranquilo jugando a un juego.
• El niño habla demasiado e interrumpe constantemente las conversaciones de los demás.
• Presenta dificultades (se escapa, protesta) para esperar en las colas(por ejemplo en el bus o el supermercado).
¿Cómo podemos diagnosticar y tratar el TDA/H?
Como dijimos al principio, el diagnóstico clínico ha de ser realizado por expertos sanitarios. El primer paso, si sospechamos que nuestro hijo puede sufrir de TDA/H, sería comentarlo con la pediatra y pedir una valoración.
Una vez realizado el diagnóstico es fundamental poner los medios necesarios para que el niño pueda desarrollarse dentro de sus capacidades de forma segura y tranquila. No debemos olvidar que los niños en edad temprana poseen mucha plasticidad cerebral y con el tratamiento adecuado pueden mejorar notablemente sus habilidades y mitigar el impacto cognitivo y social que el TDA/H pueda ocasionar. Es por tanto muy importante detectar las carencias en el desarrollo del menor y trabajar con el para impulsar su desarrollo.
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