Nueve meses después de que el mercadillo de los domingos abandonara su ubicación en Anoeta y se trasladara a Árbol de Gernika, el balance que hacen los comerciantes se resume en una frase: «mucho más transito, pero iguales ventas porque aquí hay que lucharlas más». Por otro lado quienes acuden a hacer compras destacan que la imagen del mercadillo ha mejorado, «con los toldos da más sensación de limpieza y orden», y atrás quedaron los episodios en que el suelo quedó muy afectado por la lluvia y la circulación de las furgonetas. Los vecinos de Prim contrarios a la nueva ubicación quedaron a la espera y desde el Ayuntamiento reconocen que aún no hay una decisión tomada al respecto. «Si el mercadillo se traslada no va a ser a corto plazo porque aún se está estudiando el tema», expresaron fuentes municipales a DonostiTik.
Hay mucho movimiento en Árbol de Gernika los domingos al mediodía. Cabría pensar que los comerciantes de los cerca de 60 puestos que allí operan estarían satisfechos de haber abandonado Anoeta por la remodelación del estadio. Sin embargo el nivel de ventas no ha aumentado, «es parecido», narró una de las vendedoras. «Aquí se ve a mucha más gente porque es lugar de paso, pero quienes iban a Anoeta compraban sí o sí. Aquí te preguntan por curiosidad e intentan discutirte los precios», comentó mientras precisamente una señora le regateaba el precio de una camisa.
Añadió la vendedora que las últimas noticias que les llegaron desde el Ayuntamiento apuntaban a la posibilidad de trasladar el mercadillo a Loiola o a las cercanías de Arcco. Pero no hay nada en firme y el asunto no está siendo tratado como urgente, si bien hace meses llegó a ser discutido en comisiones del Ayuntamiento por iniciativa de los vecinos de la calle Prim.
En todo caso los comerciantes no verían mal un posible traslado y dejan claro que la relación con los representantes municipales es correcta. Permanentemente circula por el lugar una pareja de guardias municipales comprobando que todos los puestos tienen la licencia correspondiente.
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