«Como médicos (…) podemos afirmar que el tratamiento de los residuos mediante su incineración y posterior depósito en vertedero de las escorias y cenizas generadas va a contribuir a empobrecer todavía más la calidad del aire que respiramos y de los suelos donde cultivamos nuestros alimentos, aumentando todo ello el riesgo para la salud de la población«. Así se han manifestado hoy en Usurbil Xabier Mitxelena y José Cruz Ruiz-Villandiego como representantes del Grupo de Estudios Incineración y Salud (OEIT-GEIS). Hoy han presentado nuevos estudios sobre los efectos la incineración en las poblaciones.
Los médicos se han referido a dos informes. «En el primero de ellos (*), realizado en Gran Bretaña, se aprecia un incremento en el riesgo de padecer malformaciones congénitas en la población que vive en los alrededores de las incineradoras analizadas, concretamente malformaciones cardíacas y urinarias. En el segundo (**), realizado en Italia, se aprecia un aumento de la mortalidad total por cáncer linfático, enfermedades respiratorias y cardiovasculares en la población que vive en los alrededores de la incineradora analizada. A raíz de este estudio las autoridades locales decidieron clausurar la incineradora estudiada.
Algunas de estas afecciones en la salud coinciden, según han puesto de manifiesto Mitxelena y Villandiego, con las conclusiones de otros estudios recientes realizados en torno a incineradoras modernas o están reflejadas en un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2016 sobre residuos y salud humana (***).
Los profesionales de OEIT-GEIS han aclarado que no han tenido en cuenta los estudios financiados por empresas propietarias de incineradoras a causa del conflicto de intereses evidentes que se da. Sin embargo han hecho una excepción con los estudios realizados en torno a la incineradora de Zabalgarbi dada su proximidad geográfica. «En estos estudios se aprecian errores en su diseño. En estos estudios se monitorizan contaminantes cuya exposición es fundamentalmente por ingestión. Un bajo o nulo consumo de producto local expuesto a la incineradora puede explicar la no elevación de los contaminantes analizados en las muestras de los participantes».
Una vez más el Grupo de Estudios Incineración y Salud ha pedido a los dirigentes de la Diputación una gestión de los residuos con el menor impacto no solo en la salud de la población «sino también en el medio ambiente y en el clima dada su estrecha interrelación».
«Esta gestión, evidentemente, debe pasar por abandonar el tratamiento de los residuos mediante su incineración y posterior depósito en vertedero de las escorias y cenizas generadas».
Los estudios citados:
(*) Brandon Parkes, et al., Environment International, https://doi.org/10.1016/ j.envint.2019.05.039
(**) Romanelli, A.M.; Bianchi, F.; Curzio, O.; Minichilli, F. Mortality and Morbidity in a Population Exposed to Emission from a Municipal Waste Incinerator. A Retrospective Cohort Study. Int. J. Environ. Res. Public Health 2019, 16, 2863.
(***) Waste and human health: Evidence and needs. WHO meeting report. 5-6 November 2015 Bonn, Germany.
Deja un comentario