«Hundidos, alucinados y muy tristes. Después de todo el apoyo y comprensión recogido en la comparecencia que hicimos en las Juntas Generales, hace justo una semana, nos encontramos con la noticia de una línea nueva más en la dichosa parada/tortura». Así se expresa el vecindario de los números 2 y 3 del Paseo Federico García Lorca. Y es que lejos de resolverse el problema de polución, ruido y gentío que de día y de noche genera la parada de Lurraldebus pegada a sus viviendas, se encontraron ayer con que la línea que se estrenará este verano entre Donostia y el aeropuerto parará también frente a su puerta.
La Asociación de Vecinos del Urumea, tras la sorpresa inicial, considera que es «un motivo de asfixia más» que solo pueden ignorar quienes no padecen.
En las últimas semanas ha habido movimiento tanto en el Ayuntamiento de Donostia, en sesión plenaria, como en la Diputación, a cuenta de una comisión técnica. Sin embargo el problema continúa diez años después de haber comenzado y entre Consistorio y Diputación no acuerdan a quién le corresponde hacerse cargo.
El conflicto comenzó en 2014, cuando se instaló esta parada de Lurraldebus, concretamente para las líneas UK09 (Zumaia-Federico García Lorca 2), UK10 (Zumaia directo-Federico García Lorca 2) y E21 (Hondarribia-Aeropuerto-Donostia). También da servicio a todos los usuarios que se dirigen hacia Hondarribia y aeropuerto, con lo que se genera un volumen importante de usuarios, ruido de maletas y congestión de gente delante del portal y de las viviendas. También acuden autobuses turísticos extranjeros, «que deberían entrar en la estación y no lo hacen».
Entre Ayuntamiento y Diputación ha habido desencuentros muy recientes sobre qué entidad debería encarar este asunto. El traslado de la parada a la Estación de autobuses no se contempla, por ahora, ya según manifestó recientemente la diputada del área «los autobuses que prestan el servicio de Lurraldebus no pueden realizar el giro dentro de la terminal y el volumen de los mismos supondría bloquear la propia estación».
El vecindario lo tiene claro: «La parada del autobús nos está haciendo enfermar». Más información sobre el tema, aquí.
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