Este año se cumple el 80 aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen (Austria). Con una exposición en Okendo Kultur Etxea, Donostia Kultura homenajea al fotógrafo Francesc Boix y a tantos hombres y mujeres republicanos que transitaron por los caminos de las guerras: la española (1936-1939) y la europea (1939-1945).
Esta exposición, que podrá verse hasta el 7 de mayo, será parte del programa del Festival de Cine y Derechos Humanos y además se muestra por primera vez fuera de Cataluña.
Consta de 132 fotografías, 93 carteles explicativos y varios paneles introductorios de cada área. Además informa sobre el triángulo invertido que portaban los deportados vascos y españoles en Mauthausen. En una vitrina se mostrarán artículos, revistas, cómics, postales de otros campos, insignias… material original de la época. Y hay una proyección con imágenes originales de los juicios de Nuremberg.
La muestra
En 1996 la Asociación Amical de Mauthausen de España depositó parte de sus archivos históricos en el Museo de Historia de Cataluña. Entre estos fondos había una colección de negativos fotográficos procedentes de los campos de concentración de Mauthausen y Gusen realizados por el fotógrafo Francesc Boix para el servicio de identificación de los campos.
La exposición está divida en tres áreas o etapas vitales de Francesc Boix.
Juventud, Guerra Civil y Exilio (1920-1941). Francesc Boix Campo nació en Barcelona, el 31 de agosto de 1920, en el seno de una familia republicana y catalanista. Su juventud transcurrió entre las tertulias en la sastrería familiar, los estudios y sus primeros pasos como aprendiz de fotógrafo, afición que compartía con su padre, que tenía un pequeño laboratorio en casa. El golpe de Estado fascista de 1936, con aires revolucionarios del momento, lo llevaron a afiliarse a las Juventudes Socialistas Unificadas y a colaborar en la prensa comunista. Recorrió los frentes de la Guerra Civil para documentar los acontecimientos y estimular acciones de retaguardia. En 1939 abandonó Barcelona con su unidad militar.
La Deportación (1941-1945). Cuando Boix llegó a Mauthausen en 1941, el campo ya tenía el aspecto de una siniestra fortaleza, en cuyas obras de ampliación participó Boix hasta que fue destinado al Erkennungsdienst (servicio de identificación) a finales de 1941. Trabajar en el servicio de identificación le permitió conseguir favores para sus compatriotas, así como para acumular pruebas contra los verdugos, escondiendo negativos que pudieron ser sacados del campo y custodiados por Anna Pointner, vecina del pueblo de Mauthausen.
Una nueva vida (1945-1951). Recién llegado a París con miles de fotografías y negativos que ofreció a diferentes publicaciones y editoriales, se convirtió en una autoridad en el conocimiento de Mauthausen, hasta el punto de que fue citado como testigo en el juicio de Nuremberg y en el de Dachau. Ocasión que también aprovechó para documentar ambos procesos.
Mientras tanto discurría su nueva vida en París, ayudado por amigos y familias exiliadas, sin posibilidad de volver a entrar en España. Tuvo una fructífera trayectoria profesional, que le llevó a viajar como reportero, pero su deteriorada salud hizo que falleciera en París, el 7 de julio de 1951.
Visitas comentadas
9 de abril 2025 a las 19 horas y 14 de mayo 2025 a la misma hora. Ambas las hará Juan Francisco Murillo (Idioma castellano. Número de visitantes: 25 personas con inscripción previa a través de Okendo Kultur Etxea).
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