Maricarmen tiene 79 años y vive sola después de haber perdido a un hijo. No le gusta salir de casa y es vecina de Sagastialde Auzoa 19, en Hernani. Tiene una pensión de 650 euros y otros 56 de RGI. Debería abandonar su casa antes de fin de año y no tiene a donde ir. Sin embargo hoy deseaba «buena suerte» a sus vecinos porque contempla la posibilidad de que ellos, algunos con niños, la necesiten más que ella. También necesita suerte Leire Martín, que tiene 26 años y vive con su madre que a día de hoy no tiene trabajo. Reciben una ayuda de 400 euros y Leire da clases particulares. También son vecinas de Sagastialde Auzoa 19 en Hernani y también deberían abandonar su casa en las próximas semanas.
A día de hoy son 14 familias las que deben dejar sus casa porque las viviendas dotacionales donde viven, que originalmente se construyeron para jóvenes pero han servido para ‘arreglar rotos’, partían de un alquiler que caduca a los cinco años. Un alquiler improrrogable. Y el plazo se cumple ahora.
«La falta de vivienda social» que denuncia con frecuencia Stop Desahucios hizo que terminaran aquí familias con una situaciones muy particulares: personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, familias monoparentales, víctimas de malos tratos, mayores de 70 años… Perfiles diversos pero con una característica común: la escasez de ingresos les impide alquilar un piso en el mercado convencional.
Stop Desahucios ha reunido hoy a los afectados en el Boulevard donostiarra antes de ir a entregar firmas a la sede del Gobierno vasco en la calle Andia.
Jesús Rebollo y Rosa García, ambos de la plataforma, han explicado que confían en la intermediación del alcalde de Hernani, que se comprometió a mediar en este conflicto durante la reunión de la Mesa Municipal de la Vivienda.
Algunas de las familias afectadas han recibido ya «buenas palabras» por parte de las instituciones, pero a día de hoy, tal y como han reiterado, lo único que han tienen realmente son las cartas oficiales advirtiendo de que tienen que dejar sus casas.
Stop Desahucios reitera que la falta de vivienda social de alquiler desemboca con frecuencia en situaciones como ésta, «que no es aislada porque también sucede en Donostia», explicó Rosa García, en referencia a las viviendas dotacionales de Intxaurrondo.
A día de hoy hay 50.000 personas en las listas de Etxebide.
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