(EFE). El consumo de dos medicamentos con efectos «tranquilizantes» unido a una elevada ingesta de alcohol disminuyeron la capacidad de reacción y los reflejos de Aintzane Pujana antes de morir acuchillada en enero de 2021 en el agroturismo de Aizarnazabal donde se alojaba junto a la pareja acusada de su asesinato.
Así se desprende de la declaración que han prestado este lunes dos médicos forenses del Instituto Vasco de Medicina Legal en el juicio con jurado que se sigue desde finales de septiembre en la Audiencia de Gipuzkoa contra un hombre y una mujer para los que la Fiscalía pide prisión permanente revisable como presuntos autores de este crimen.
El testimonio de estos forenses resulta de especial relevancia para las tesis del Ministerio Público, que busca acreditar la comisión de un delito de asesinato mediante la existencia de alevosía. Ésto es: que el crimen habría sido perpetrado sobre una víctima con escasa o nula capacidad de defenderse y por lo tanto con menor riesgo para quienes eventualmente lo cometieron.
En concreto, los forenses han explicado que analizaron muestras de sangre y de humor vítreo de los ojos de Pujana para detectar el consumo de alcohol, drogas y medicamentos en su cadáver. Acreditaron así que la víctima había tomado dos tipos de tranquilizantes e ibuprofeno y que presentaba una tasa etílica del 2,57, cifra que el fiscal ha calificado como «una de las más altas» que ha visto en su carrera.
Consumo combinado
En este contexto, ambos profesionales médicos han aclarado que el consumo de estos medicamentos combinados con el alcohol aumenta sus efectos y disminuye «mucho» la capacidad de reacción, además de dejar los reflejos «notablemente mermados» porque, entre otros efectos, afecta a las funciones motoras.
En otro momento de la vista, ha comparecido otro médico forense que, en los análisis de consumo habitual de estupefacientes que se practicaron a los dos procesados tras ser detenidos, acreditaron en el caso de la mujer un consumo «repetido» de cannabis y cocaína acompañados de alcohol en los meses anteriores al crimen, si bien en el caso del varón no se detectó que consumiera ninguna sustancia estupefaciente de forma habitual.
Este dato podría resultar de interés para la defensa de la mujer procesada en caso de que eventualmente plantee la posibilidad de aplicar una atenuante de consumo de drogas para su cliente.
Asimismo, han testificado dos ertzainas que analizaron los tránsitos, llamadas y mensajes de móviles de los acusados y de la víctima. Uno de estos agentes ha calificado como «muy relevante» para el caso la existencia de un mensaje de voz que la acusada envió a Pujana la madrugada del 3 de enero cuando ya estaba fallecida, interesándose por su paradero y expresando preocupación por su ausencia, con una intención «distractora» de la investigación, en opinión de este agente.
Localización por los móviles
Igualmente, este policía ha acreditado mediante la localización de los móviles, los trayectos de ida y vuelta que entre el 1 y el 2 de enero hizo el Volkswagen Passat en el que supuestamente viajaron los acusados y la víctima, entre el agroturismo de Aizarnazabal en el que residían y la localidad de Azpeitia, donde Aintzane se habría negado a prestar un servicio de índole sexual, lo que luego habría motivado su muerte.
Se trata de un sistema «infalible» que permite discriminar entre recorridos en coche y a pie, ha recalcado este ertzaina, quien ha detallado que el viaje de ida se hizo en 18 minutos, mientras que en el de vuelta se invirtieron 50.
Esta circunstancia apoyaría la tesis de la Fiscalía de que en el trayecto de regreso los inculpados habrían hecho una parada durante la que Pujana habría sido víctima de una paliza por su negativa a prostituirse.
En esta misma sesión, otros agentes de la policía científica han detallado que analizaron distintas muestras de objetos en las que localizaron diferentes perfiles genéticos de los acusados y de la víctima, así como una ertzaina que ha desvelado que en el suelo de la parte trasera del citado Volswagen Passat se encontraron fibras textiles «compatibles» con el jersey que vestía la víctima.
Está previsto que el juicio continúe mañana con la declaración de una psiquiatra propuesta por la defensa de la mujer acusada, cuya letrada alegó al inicio de la vista que su clienta padece un trastorno límite de la personalidad.
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