Una de las películas que mejor sabor de boca ha dejado estos días en el Festival de San San Sebastián es ‘Los reyes del mundo’ de Laura Mora. Quién sabe si esta noche podría tener su lugar en el palmarés.
La propia directora contó en Donostia que un viaje fue la inspiración que necesitaba para lanzarse a otra aventura cinematográfica después del éxito de ‘Matar a Jesús’. Narró que hizo un viaje «liberador» siguiendo el mismo trayecto que posteriormente decidió filmar y que por el camino encontró a muchos chicos que hablaban de «buscar un lugar en el mundo». «Ahí ya puse el título», rememoró la realizadora colombiana.
A partir de ahí comenzó a escribir «de forma desordenada» hasta que al contar el proyecto a otros empezó a organizar la película. De todo esto y posteriormente de «un rodaje que cada día era un milagro» nació ‘Los reyes del mundo’, que compite en el Zinemaldia y ha sido muy bien acogida.
Lo del milagro tiene una fácil explicación: «rodar en el Bajo Cauca antioqueño era un milagro en sí mismo. De hechos mucho le habían dicho que no era posible por el clima de violencia. Sumándole el covid, que llegó a afectar a 33 personas del equipo incluidos los chavales protagonistas, «que al final fueron enviados a una finca para que lo pasaran juntos», ‘Los reyes del mundo’ encierra tanta historia detrás como en la pantalla, donde sus primeros pases no han dejado a nadie indiferente.
«La película se fue revelando», era pequeña en un inicio y ha terminado siendo la coproducción entre cinco países (Colombia-Luxemburgo-Francia-México-Noruega). Igual que cinco son los chicos protagonistas que persigue en esta ‘road-movie’ la cámara desde su marcha de Medellín hasta el Bajo Cauca. ¿El motivo?, la restitución de unas tierras que se habían quedado los paramilitares. Y la búsqueda de un lugar para vivir y ser feliz.
«El arte que me interesa es el que puede mirar el mundo y hacerse preguntas y esa búsqueda de un lugar donde existir a salvo es la de todos, desde los que atraviesan el Mediterráneo a los que buscan su tierra en mi país», incidió la directora.
También están presentes estos días en Donostia los chicos protagonistas. Uno de ellos manifestó durante la rueda de prensa una frase reveladora: «Con el cine aprendí que la violencia no lo es todo, hay personas que no piensan siempre en el mal, sino que tienen sueños y proyecciones en la vida».
Respecto al origen del equipo y en particular de Laura Mora, la ciudad de Medellín, la directora es muy clara: «Mi vida y mi cine están alterados por haber nacido allí».
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