(EFE). Los establecimientos de hostelería de Euskadi que ofrecen comidas y cenas deben registrar los datos de contacto de al menos uno de los comensales de cada mesa con la fecha y la hora del servicio, y conservarlos al menos durante tres semanas para facilitar el rastreo de los contactos en caso de producirse un brote. Esta novedad se recoge en la última actualización del protocolo de medidas preventivas de aplicación frente a la covid-19 elaborado por el Departamento de Salud.
Los establecimientos tendrán que entregar estos listados de comensales a las autoridades sanitarias en caso de que éstas se lo requieran.
En el documento, igual que en protocolos anteriores, se recuerda que el riesgo de transmisión en interiores es «claramente» superior al de exteriores y se insiste en la importancia del lavado de manos a menudo, en la desinfección y la limpieza de las superficies y en la obligatoriedad de usar la mascarilla dentro, salvo en el momento de la ingesta de bebida y de comida.
En terrazas subraya que también hay que llevarla puesta cuando no resulte posible mantener la distancia mínima de 1,5 metros entre personas, excepto entre convivientes. Asimismo se desaconseja «expresamente» fumar en las terrazas.
Los responsables de estos establecimientos son los encargados de garantizar que los usuarios de los mismos cumplan con este apartado del protocolo de Salud, que pone a su disposición cartelería con esta medidas.
En el documento se recogen los aforos autorizados y los horarios de apertura y cierre permitidos en este momento, así como la imposibilidad de consumir en barra y de pie, y el límite máximo de seis comensales por mesa, salvo convivientes, todas ellas contempladas en el último decreto de medidas firmado por el lehendakari, Iñigo Urkullu.
Los locales, además, tendrán que exponer al público su aforo máximo y contar con un procedimiento que permita el recuento y el control de personas, para no superarlo en ningún momento.
En cuanto a la limpieza, deben facilitar soluciones hidroalcohólicas y reforzar la desinfección. En la medida de lo posible tienen que evitar el uso de dinero en efectivo y la vajilla debe lavarse en lavavajillas o en túneles de lavado a una temperatura de entre 60 y 90 grados.
Cada cambio de clientela el protocolo mantiene la limpieza de mesas y sillas y de cualquier otra superficie de contacto y la desinfección frecuente de la barra, donde los alimentos deben estar protegidos de cualquier fuente de contaminación. Queda prohibido el autoservicio en barra por parte de los clientes.
Los hosteleros deben procurar que la ventilación sea cruzada si es natural, para lo que se abrirán ventanas y puertas de paredes opuestas. Si fuese forzada, se debe maximizar la entrada de aire exterior y evitar la recirculación del aire. Para comprobar que es adecuada se recomienda el uso de medidores de CO2.
El Departamento de Salud ha hecho llegar este protocolo a las asociaciones de hostelería para que lo distribuyan en el sector.
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