Las quejas vecinales por el parque Guau para perros ubicado en la calle Gregorio Ordóñez de Amara Berri acompañan a la citada infraestructura desde su origen, en enero de 2017. Principalmente por los ladridos y por los olores. Además nueve años después los vecinos apuntan a otro perjuicio: las talas de los árboles a causa de los efectos de los orines de los perros. Y el rechazo del Ayuntamiento a este tesis no les convence.
El vecino Iñaki Gurruchaga explicó a Donostitik que recientemente ha habido dos talas que han retirado trece árboles: seis cerezos japoneses que estaban en el interior del recinto y 7 abedules que estaban muy próximos en el exterior. «Estaban como esqueletos». Y recuerda que el parque está inclinado hacia la calle Corsarios Vascos y hacia esa zona se trasladan los residuos.
«En un inicio se plantaron los cerezos japoneses para dar continuidad al Parque de la Memoria, pero ahora, de 23 que había, solo quedan 9″, añade el vecino. Y a día de hoy «hay cuatro árboles más marcados que tirarán próximamente«, asegura.
De todo ello se habló en comisión del Ayuntamiento la pasada semana por iniciativa de la oposición, pero la respuseta del concejal de Proyectos Urbanos y Ecología, Juantxo Marrero, quien mantuvo que los orines no afectan a los árboles, no gustó en absoluto a los vecinos, que inciden en que hay estudios al respecto.
«En su día, hace años, un encargado de Mantenimiento planteó que tenía que haber un sitio dentro del recinto, con un filtro, para eliminar los residuos y evitar que penetraran en el suelo por la cercanía del río. No se hizo nada. Y pasa por aquí una media de veinte perros al día, así que es normal que pasen estas cosas», denuncian.
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