(EFE). Los cuatro forenses que hicieron los dos informes de autopsia del caso de Santi Coca han mantenido hoy sus discrepancias sobre las causas que originaron la hemorragia cerebral que causó la muerte de este menor en el hospital dos días después de recibir una paliza el 26 de abril de 2019 en el exterior de una discoteca donostiarra.
Aunque todos estos profesionales, que han declarado este martes en el juicio con jurado que se sigue por la muerte de Coca en San Sebastián, pertenecen al Instituto Vasco de Medicina legal, dos de ellos corresponden a la delegación territorial de Gipuzkoa y los otros dos a la de Bizkaia.
Los dos primeros, responsables del primer informe de autopsia, han considerado en el juicio de hoy que la «etiología» médicolegal de la muerte de Santi Coca es «indeterminada», sin poder decantarse entre una causa «violenta» y otra «natural» del sangrado que acabó con su vida porque, en su opinión, faltan «elementos» para concluirlo con objetividad.
En esta línea, los forenses guipuzcoanos han argumentado que no se ha hallado ningún punto origen de sangrado en el cuerpo de Coca que hubiera podido ser responsable de una hemorragia «natural», como podrían haber sido una «malformación» o un «aneurisma».
Literatura médica
Han aclarado no obstante que en algunos casos la «literatura médica dice que excepcionalmente puede darse el caso de que no se encuentre el punto del sangrado» en estos casos.
Por otra parte han detallado que tampoco localizaron causas que pudieran haber respondido a un origen violento de la hemorragia como «lesiones externas corporales de gravedad», «afectación ósea», «hemorragia epidural o subdural», «signos de aceleración o desaceleración» en el cerebro, «lesiones de defensa o lucha en las manos» ni «secciones a nivel de la arteria vertebral».
En cuanto al contexto de pelea en el que se produjeron los hechos y su posible relación con la muerte Coca, estos profesionales han explicado, a modo de ejemplo, que «no todas las personas que aparecen flotando en el agua han muerto ahogadas».
Por todos estos motivos han opinado que la «etiología» de la muerte del menor resulta «indeterminada entre la violenta y la natural», dado que no existen «elementos suficientes y objetivos para poder determinar con suficiente exactitud si es exclusivamente violenta o exclusivamente natural».
Por su parte, los dos profesionales de la delegación de Bizkaia, quienes elaboraron un segundo informe a petición de la Fiscalía, han dicho tener «un grado de convicción altísimo» para optar por el origen traumático de la hemorragia, descartando la posibilidad de una muerte natural «con un grado de certeza suficiente más allá de la duda razonable».
Han recordado en este sentido que el fallecido no sufría «patologías naturales» ni «malformaciones» cerebrales previas y que tampoco padecía ninguna patología sanguínea ni «factores de riesgo como la hipertensión» o el consumo de drogas que pudieran respaldar la hipótesis de una muerte natural, teniendo en cuenta además que no tenía daños traumáticos internos.
Los forenses de Bizkaia han comentado también que las muertes causadas por hemorragias subaracnoideas en jóvenes de forma natural son algo «extraordinario» y «excepcional», ya que la edad es «un factor muy importante» y en este caso «estamos hablando de un chaval de 17 años» lo que, a su entender, es «un dato muy relevante».
Fuertes cefaleas
Han concretado además que cuando este tipo de muertes se producen de forma natural suele ser habitual que en las horas previas al fallecimiento los afectados tengan fuertes cefaleas u otros síntomas, datos que en su conjunto llevan a estos profesionales a descartar «de manera razonable» que el fallecimiento de Coca se hubiera producido de esta manera.
Han considerado por ello que la víctima sufrió un tipo de sangrado denominado «hemorragia subaracnoidea aislada» que es bastante «infrecuente» pero que responde «a un cuadro clínico ampliamente reconocido en la literatura médica» y que, a su entender, se corresponde con el caso de Coca a pesar de que no haya podido localizarse el punto de sangrado y teniendo en cuenta que el consumo de alcohol por parte de la víctima también pudo «ayudar al desenlace fatal».
Ha insistido además en la importancia de situar los hechos en «un contexto de pelea y golpes» algo que, en su opinión, resulta «importante», dado que, a su juicio, si Coca no hubiera sido agredido no habría fallecido.
Esta afirmación ha sido respondida luego por la portavoz de los forenses de Gipuzkoa, quien se ha cuestionado si la muerte de Santi Coca hubiera sido «categorizada como homicidio en caso de haber fallecido en la cama de su domicilio».
Todos los comparecientes ya mantuvieron estas mismas posiciones en el primer juicio por este caso, celebrado contra cinco acusados entre noviembre y diciembre de 2023, en el que sólo uno de ellos fue condenado, mientras el procesado que está siendo juzgado ahora se encontraba fugado.
Está previsto que el juicio continúe este miércoles con las declaraciones de varios testigos, la práctica de la prueba documental y el testimonio del acusado en último lugar. Más información, aquí.
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