En el Mediterráneo murieron ahogados casi 4.000 refugiados en 2015 y entre ese año y 2016 llegaron a Europa 50.000 menores de los cuales 10.000 desaparecieron y 700 murieron. Y el 90% de los niños viaja solo. Son cifras que no siempre impactan como deberían, tal y como ha expresado esta mañana en la Diputación el director de Cooperación Fernando San Martín junto a la coordinadora de Unicef en el País Vasco, Elsa Fuente, y Ana Alcover, directora del proyecto Rezink Refugees.
Para que las cifras no se queden sólo en eso, en cifras, una treintena de colegios gipuzkoanos va a participar en el proyecto Rezink Refugees. Los chavales de entre 10 y 12 años recibirán material de Unicef para realizar su propia ‘cuprocking’, que es una forma de arte callejero que utiliza las verjas como si fueran un lienzo.
En las aulas se trabajará sobre la situación de los niños inmigrantes y refugiados sirios y para ello utilizarán la actividad de Unicef ‘Cuentos sin hadas’, que consta de tres cortos con las historias de dos niñas y un niño sirio.
Durante la presentación del proyecto Fernando San Martín se ha referido a la «incompetencia de las instituciones europeas al encarar este tema» y Elsa Fuente, de Unicef, ha insistido en la necesidad de garantizar la seguridad de los más pequeños que sobreviven a este drama. La ONG trabajará para que esta iniciativa se extienda por las demás comunidades autónomas.
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