(EFE). Las defensas del hombre y la mujer acusados de la muerte de Aintzane Pujana, cuyo cadáver fue descubierto con nueve puñaladas en enero de 2021 en un paraje de Aizarnazabal (Gipuzkoa), se han responsabilizado mutuamente de la muerte de la víctima y han exculpado de ella a sus respectivos clientes.
La fallecida, que según las tesis de la Fiscalía, ejercía la prostitución y era presuntamente «explotada» en «calidad de proxeneta» por el acusado varón, se habría negado a cumplir un servicio sexual el 1 de enero de 2021.
«En represalia» por las negativas de la víctima y para evitar que la víctima los denunciara, el Ministerio Público considera que los inculpados habrían intentado asfixiarla y posteriormente la habrían apuñalado, antes de desprenderse del cuerpo en Aizarnazabal, localidad en la que los tres convivían en un agroturismo.
Durante la segunda sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa por estos hechos, la presidenta del tribunal ha accedido a que, como habían solicitado las defensas, los dos acusados declaren en la parte final de la vista y no hoy como inicialmente estaba previsto.
En el momento inicial del juicio, las partes han expuesto ante los miembros del jurado sus alegaciones previas, durante las que la defensa de la mujer ha admitido que fue ésta la autora material de las puñaladas, aunque ha sostenido que lo hizo por indicación del encausado, quien no le dejó «otra opción» pues tuvo la «absoluta convicción» de que de no hacerlo «acabaría muerta» ella misma dado que sabía de lo que el varón «era capaz».
Se vio atrapada
«Ella se vio atrapada aquella noche». «Estaba sin recursos, sin nadie alrededor y a merced» del hombre que «dominaba la situación». ella actuó «coaccionada y presionada» ha descrito la letrada, quien ha insistido además en que su clienta «no obligó» a la víctima a prostituirse en ningún momento.
La defensa de esta chica ha situado además esta acción en un contexto en el que su clienta, a la que ha dibujado como una víctima con un pasado tormentoso en el que fue adoptada desde Rumanía, actuó, aquejada de una discapacidad del 78 %, era consumidora de drogas y estaba amenazada por el hombre, además de haber colaborado luego con la Policía, circunstancias por las que ha reclamado la aplicación de distintas eximentes y atenuantes.
Por su parte, la abogada del varón ha responsabilizado del crimen a la acusada de la que ha dicho que fue su «autora material», al tiempo que ha recordado que se trata de una mujer que padece un trastorno de la conducta agravado por el consumo de tóxicos y tiene una trayectoria vital que, según ha indicado, llevó a sus padres adoptivos a ceder su tutela a la Diputación de Gipuzkoa debido a su «agresividad», que le condujo luego a escaparse y al ejercicio de la prostitución.
Ha opinado además que la postura de la coacusada en este procedimiento responde a «un teatro» y ha insistido en que está «lejos de ser la Virgen María».
Esta letrada ha mantenido asimismo que la «única falta» que su cliente ha tenido en todo este asunto es la de «enamorarse» de esta mujer que le ha llevado a una situación de «padecimiento y terror» con esta persona.
El Fiscal, que reclama una pena de prisión permanente para los dos encausados, ha asegurado en su turno de palabra ante el jurado que la víctima fue asesinada por los procesados como demostrará a lo largo de las próximas jornadas del juicio, ya que dispone de pruebas, entre las que ha citado la declaración de los forenses, que permitirán demostrar los hechos de forma «muy gráfica».
Exnovio de la fallecida
En la fase de interrogatorio de los testigos, ha declarado un exnovio de la fallecida, quien ha señalado que, tras acabar su relación sentimental, mantuvo contacto telefónico y a través de mensajes con ella. Ha recordado así que el día de los hechos ella le llamó sobre las 22.00 horas para que fuera a recogerla porque le estaban «pegando» y le dijo que le habían quitado el perro y el conejo que tenía como mascotas.
«Luego colgó y no supe más de ella», ha proseguido este testigo quien ha detallado que ya no obtuvo respuesta alguna a las llamadas que luego intentó hacerle ni a los mensajes que le envió.
Ha aclarado además que no acudió a Aizarnazabal para ayudarla porque no tenía coche y no disponía de dinero para un taxi. «Todos los días siento arrepentimiento por no haber ido», se ha lamentado este hombre, al que los acusados llamaron al día siguiente para que fuera a hacerse cargo del perro de la víctima.
Al pedirles explicaciones de su paradero, estos le dijeron que Aintzane estaba desaparecida desde el día anterior en el que se había ido con un cliente. Este hombre ha revelado también que, como finalmente ella no apareció, decidió denunciar su ausencia ante la Policía.
En la vista han declarado también otro excompañero sentimental de la víctima y un hombre que en una ocasión había requerido sus servicios como prostituta. El juicio continuará mañana con la declaración de nuevos testigos.
Deja un comentario