Jaime Apolo sale del mostrador y en la puerta de la pescadería aclara que txaloa viene del quechua, un idioma que solo en Perú lo hablan 4 millones de personas pese haber estado arrinconado durante siglos. “Es un juego de palabras. En quechua significa pescado del mar y en euskera, aplauso”. Para completar la ocurrencia y no dejar ni un cabo suelto, Jaime, de origen ecuatoriano, pensó que era buena idea ponerle un apóstrofe a la letra d. Así que partió en tres la palabra “arraindegia” y el cliente ya no tiene el más mínimo resquicio de duda de dónde se ha metido.
Al hermoso cartel blanco a pie de calle de Txaloa Arrain d´ Egia lo acompaña un logo de un pez recién capturado. “El dibujo original es de mi hija”, dice orgulloso este jefe de cocina que durante “mogollón de años” trabajó en un restaurante de Orio. El coronavirus modificó sus planes. Como tantos otros terminó en un ERTE y en noviembre de 2020 decidió abrir esta pescadería ubicada en la calle Egia. “Estamos muy contentos”, afirma, “pero lo que me gustaría es volver a trabajar en cocina con unas condiciones dignas”.
El de Jaime no es el único comercio de la zona que se presta al humor. El dueño del local donde trabaja abrió una cerrajería hace 17 años, haciendo esquina con la calle Duque de Mandas. Fue una especie de pionero en la combinación de palabras con ingenio en el naming de Egia. En su caso se llama Ya-ves, lo que conecta directamente con las llaves que duplican en esta tienda “con gran eficacia y al mejor precio”. El logo tampoco tiene desperdicio: unos ojos se posan sobre la bocallave de la cerradura, creando así un efecto muy parecido al de la mirilla de una puerta.
“Se le ocurrió a mi socio”, explica Auxkin Agirre, implicado en darle la vuelta de tuerca definitiva al nombre de la pescadería de Jaime. “En su momento fuimos atrevidos. Estamos acostumbrados a ponerle nombres más serios a los negocios. La gente podía pensar que lo habíamos escrito mal o que éramos un poco analfabetos, pero simplemente queríamos que fuera algo gracioso y divertido”, aclara.
Al lado de otro lugar con chispa, MusikaTegia, se encuentra el estudio de tatuaje Statu Quo. Antes de preguntarse si tiene que ver con un homenaje explícito al veterano grupo de rock inglés, conviene pasarse por su Facebook. “La felicidad no es una cuestión de intensidad, sino de equilibrio y orden, de ritmo y armonía”, se lee en la descripción de su perfil. Andrés Lobero, dibujante desde hace 39 años, corrobora su significado filosófico: “Es una expresión en latín que significa situación. Hace referencia a una situación equilibrada, a una armonía. Me lo dijo un amigo y me gustó. Me pareció muy adecuado a lo que hacemos y somos. No buscaba el juego de palabras, pero está ahí, evidentemente”. Lobero ofrece una línea de tatuajes con un diseño “muy personalizado y bastante variado en cuanto al estilo. Trabajamos mucho a mano, muchísimo”, subraya.
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