(Javier Herrero/EFE). Loreena McKennitt, leyenda viviente de la música folk y new age, aterriza el 12 de julio en San Sebastián para conmemorar los 30 años de un disco, ‘The Mask And Mirror’ (1994), cuya simiente está precisamente en la historia de este país del que tanto dice haber recibido.
«Aprendí mucho a través de la perspectiva de su historia, que tiene mucha relevancia universal y atemporal más allá de la propia España», subraya en una entrevista con EFE esta artista canadiense, con ascendencia escocesa e irlandesa.
A ese conocimiento llegó mientras investigaba los destinos de los distintos pueblos celtas por Europa y Asia Menor. Así recaló en los ancestros de los gallegos, en «las peregrinaciones a Santiago de Compostela, y en todo ese flujo de personas y en una cultura que evolucionaba en función de lo que pasaba en el resto del mundo», con influencias por ejemplo del norte de África.
Destaca especialmente cómo fue posible «la convivencia de comunidades musulmanas, cristianas y judías en un mismo territorio, quizás no de manera perfecta, pero que existió», algo de lo que en su opinión se podrían extraer lecciones ante conflictos actuales, como el que enfrenta a israelíes y palestinos.
Todo aquello le sirvió para construir el citado ‘The Mask And Mirror’, el segundo álbum histórico de su producción que revisa en directo en los últimos años tras ‘The Visit’ (1991). Lo hará junto a otros cinco músicos e interpretará en el mismo orden de la grabación todas sus canciones, que incluyen en los créditos a San Juan de la Cruz y William Shakespeare.
«Siempre vuelvo a mis viejos álbumes con cierta inquietud, pero es un ejercicio interesante para reflexionar y entender qué estaba pensando entonces o cuáles era mis prioridades», reconoce McKennitt (Morden, 1957), que desde 2010 solo ha publicado dos nuevos trabajos, ‘The Wind That Shakes The Barley’ (2010) y ‘Lost Souls’ (2018).
Afirma al respecto que un reciente viaje a Rajastán, en la frontera entre la India y Pakistán, bien podría ser la fuente de inspiración para sus próximas canciones, aunque inmediatamente después reconoce que el actual modelo de negocio discográfico, «muy diezmado desde que lo rompió Internet», no anima a artistas como ella.
«La música que yo hago es cara, porque requiere tiempo y una amplia gama de músicos a los que hay que pagar adecuadamente. Antes, se pagaban 0,25 dólares por canción en cada vinilo o CD. Ahora, 0,10 dólares por cada mil reproducciones en Spotify, lo cual no cubre ese coste», argumenta.
Defensora de «una reforma más acusada en torno a los derechos de autor», quien se considera parte de la «vieja escuela» de la música arremete también contra «el uso no regulado de la tecnología» y predica con el ejemplo mostrando durante la charla el teléfono de concha que la acompaña a todas partes.
A las dificultades para sentarse a escribir y grabar el que sería su undécimo disco de estudio, añade el hecho de que sea ella misma la que gestiona su carrera, con una parte importante del tiempo invertido en diseñar y organizar sus giras, la actividad en la que se ha volcado en los últimos años.
Ante la pregunta de si lo hace por satisfacción personal o porque el directo se ha convertido en estos días en la principal forma de sustento económico de los artistas como ella, responde sencillamente con un «por ambas razones».
«Me enriquece mucho trabajar con la gente con la que lo hago y, por supuesto, por la conexión con un público que ha reservado un lugar para mi música en su vida, además de porque me sirve para investigar y desarrollar aún más las grabaciones», alega en primer lugar.
Confiesa asimismo que para quien soñó con ser veterinaria, pero no aprobó el último año de instituto, ese salir afuera constituye también «un ejercicio de autoeducación, en un intento de comprender realmente el mundo, la historia y la cultura».
Galicia será uno de los destinos de McKennitt en esta gira, concretamente el Auditorio Mar de Vigo el 10 de julio, como parte de O Gozo Festival. Antes visitará el Auditorio Fórum de Barcelona el 4 de julio, la plaza de toros de Murcia el 6 y la Plaza de España de Sevilla el 7, dentro del Icónica Fest.
«Es posible que tengamos algunos invitados especiales en Madrid», advierte asimismo quien, tras su visita previa en 2019, volverá al ciclo Noches del Botánico para ofrecer una doble cita los días 8 y 9 de julio, para concluir su periplo español el día 12 en el Kursaal de San Sebastián.
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